Empresas como Gulf, Shell, Texaco negocian con pequeños grupos o franquiciaríos aislados el traspaso o la venta en su caso de las estaciones, por más que en la antesala de la apertura los conglomerados nacionales hicieron lo propio.

La flecha apunta a Copogas, Rendilitro, Orsam, Grupo Eco, GCM y GES.

La primera, por ejemplo, le compró 20 al presidente de Oceanografía, Amado Yáñez, en la precariedad que representó la paralización de la empresa y su ingreso a la cárcel.

De acuerdo al reglamento sobre Impacto Ambiental y Riesgo del Distrito Federal, no puede haber más de una gasolinera por cada dos kilómetros de superficie total de la ciudad, al margen de restricciones de seguridad.

Esto implica un espacio solo para 305, con la novedad de que están en operación 371.

Hasta finales de 2014 operaban en el país 10 mil 636 estaciones de servicio, de las cuales 820 se concentraban en el Estado de México; 730 en Jalisco; 629 en Nuevo León; 597 en Veracruz, y 504 en Tamaulipas.

La primera multinacional que levantó la mano para instalarse en México, Gulf, anunció de inmediato que su meta de dos mil establecimientos se nutriría en la adquisición o suma a su causa de los existentes.

La firma abriría su propia franquicia lanzando como gancho a quienes se adhieran mayor rentabilidad, bajo dos vías: la contratación de un mínimo de personal, considerando que la operación sería de autoservicio, es decir a la usanza de los Estados Unidos.

La segunda, naturalmente, hablaba de la importación de los productos, es decir, gasolinas, aceites y lubricantes, en un escenario en que las primeras tienen un precio en Estados Unidos 40% inferior al de México.

El problema, en este caso, es que los impuestos que impone la Secretaria de Hacienda equilibran finalmente el costo al público.

De entrada, la tasa del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios se traduce a una carga de cuatro pesos el litro.

De hecho, aunque hasta hoy se han entregado una docena de permisos de importación, no se tiene noticia de que uno solo haya entrado en acción.

En el sur del país del norte, concretamente en Texas, se vende la gasolina a 1.54 dólares por galón, lo que implicaría 6.90 por litro, es decir la mitad de los 13.16 en que se vende al público en el país.

La posibilidad habla de un incremento con vigencia desde agosto que llevaría el costo a 13.98.

En Estados Unidos los grandes petroleras del planeta no solo tienen refinerías, sino estaciones de servicio. Así Petróleos de Venezuela como Petrobrás, Exxon Movil o British Petroleum.

La paradoja del caso es que las gasolineras instaladas por Pemex en el país vecino, donde no hay IEPS, venden a precios que jamás habría soñado el consumidor mexicano.

De acuerdo a lo previsto por la reforma energética, en el 2018 se liberará el precio de los combustibles, incluido el diésel, lo que permitiría, ahora sí, una competencia efectiva.

En la antesala, grupos como Hidrosina de William y Paul Karam están multiplicando su oferta de servicios anexos, en tanto otros están reduciendo el costo al público en algunos centavos.

Ahora que, del otro lado de la moneda, en el ojo por ojo, el grupo G500, que mantiene mil 200 gasolineras en el país, está buscando las vías para instalarse en Estados Unidos.

Coletazos de la apertura.

Balance general. A contrapelo de la promesa de que no se privatizaría un solo tornillo de Pemex en el marco de la reforma energética, la empresa está colocando en venta de garaje dos de sus plataformas marinas, denominados Helkin y Chemol.

Ambas son semisumergibles y se utilizan básicamente para tareas de mantenimiento.

El problema es que se coloquen en calidad de chatarra, dada su antigüedad de 30 años.

La empresa productiva de Estado está clasificando su inventario en activos esenciales y no esenciales, con la novedad de que en estos últimos se consideran varias plantas petroquímicas.

En su precariedad financiera, 14 trimestres al hilo de pérdidas y una deuda de 93 mil millones de dólares, Pemex ha anunciado su intención de escuchar ofertas de firmas que se le asocien en forma mayoritaria para operar sus refinerías.

La subasta de la temporada.

Clorados III ya casi. Levantados ya la mayor parte de los escombros producidos por la explosión de la planta Clorados III del complejo petroquímico Pajaritos, se tiene ya lista la escenografía para el peritaje final sobre las causas de ésta.

La indagación la encabeza una firma estadounidense.

La planta, fue clausurada por la Procuraduría Federal del Medio Ambiente para sancionar el retiro de residuos peligrosos.

Como usted sabe, Clorados III opera bajo una sociedad mixta en la que Pemex es minoritario. La operación está en manos de Mexichem.

En el primer escenario se hablaba de un chispazo en una zona de fuga de sustancias donde había obras de mantenimiento por parte de la firma ICA Fluor Daniel.

Sin embargo, existen testimonios de que los trabajadores advirtieron del olor penetrante… y aún así se les ordenó seguir trabajando.

¡Aguas! Ante el crecimiento permanente de los créditos de nómina a ritmo de 20 por ciento anual, lo que ha elevado la cartera a 193 mil millones de pesos, están surgiendo empresas que operan equipos y sistemas para acotar un eventual crecimiento en la morosidad.

Una de ellas, eNomina, encabezada por Gustavo Boletti, tiene un sistema denominado eConsing que permite conexión permanente entre los bancos e instancias de crédito con los acreditados.

El software ha sido exitoso en países como Brasil, Reino Unido, India y Portugal.

La empresa oferente es mexicana.

IATA en México. En recuerdo de viejas glorias, cuando su principal directivo, Gerardo De Prevoisin, llegó a ser presidente del organismo, Aeroméxico será el anfitrión de la asamblea número 73 de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés).

La sede será Cancún.

El evento, sumado a una Cumbre del Transporte Aéreo Mundial, se realiza esta semana.

La última asamblea se efectuó en Dublín, Irlanda.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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