Aunque los medios tienden a evaluar con grandes reservas los anuncios de tregua de la disidencia magisterial por la cantidad de ocasiones en que, una vez obtenidas las concesiones buscadas, va por más, con nuevas movilizaciones, esta semana se han abierto paso notas periodísticas que generan la expectativa de que los maestros paristas de Oaxaca volverán hoy, miércoles, a clases. Ya lo habían hecho antes los de Michoacán, por lo que el problema quedaría reducido a Chiapas.

Y aunque ya se sabe que en el periodismo es mayor el valor informativo del disenso y la controversia sobre el atractivo noticioso del consenso y el acuerdo, lo cierto es que los medios también han dado cuenta puntual de la oferta del secretario de Educación de restablecer las mesas de diálogo para dar cauce a la solución de una serie de problemas operativos atendibles, bajo el entendido de que es irreversible la reforma educativa incorporada a la Constitución y a las leyes.

Pero algunos medios dieron ayer cuenta también de otro signo alentador, con el registro del diálogo sostenido con la prensa por un grupo de especialistas en los temas educativos. Entre éstos, se suelen sostener posiciones opuestas, ya sea a favor o en contra de la reforma o de la disidencia. Y la noticia fue que el lunes se acercaron en torno a las propuestas del nuevo libro del director de Educación Global y de Política Educativa Internacional de la Universidad de Harvard, Fernando Reimers, de visita en México para presentar su nuevo libro, coeditado con Connie Chung, Enseñanza y aprendizaje en el siglo XXI: metas, políticas educativas y currículo en seis países (FCE, 2016).

El difícil consenso. Este reconocido investigador —reconocido reiteradamente por los especialistas mexicanos reunidos en el Centro Cultural Bella Época— no escatimó a su vez reconocimientos al valor de los pasos dados por la reforma mexicana y a los méritos del nuevo modelo educativo del país. Pero también se enfrentó con claridad, firmeza y, hay que decirlo, con educada deferencia a los críticos de la reforma. Tuvo una posición inequívoca contra el mal uso de los recursos públicos, dijo, que suponía la venta y la herencia de las plazas y el cobro de salarios y prebendas sin trabajar.

Pero, también hay que decirlo: que hay una mayoría de maestros que ingresaron al servicio sin comprar ni heredar plazas y que se sujetan a las evaluaciones de ley, es tan cierto y evidente como que hay una gran mayoría de maestros a lo largo y a lo ancho del país que no acompañan en paros ni en bloqueos a la minoría disidente de tres estados de la República. Este último grupo es el que podría estar empezando a entrar al consenso del nuevo modelo educativo, si es que, como lo anunció, se presenta hoy a clases en Oaxaca.

El nuevo debate. Esto es lo que permitiría no sólo restablecer mesas de diálogo para responder a quejas atendibles en la administración educativa, sino llevar la conversación y el debate a los temas en que se centra esta discusión en el mundo: las nuevas habilidades que se requiere desarrollar ahora entre niños y jóvenes para que puedan enfrentar los desafíos de una realidad en cambio constante, es decir, los temas de este libro de Reimers, Enseñanza y aprendizaje en el siglo XXI.

Pero la construcción de ese nuevo debate —y de un consenso informado— está reclamando cambios en las rutinas informativas de los medios, atados a la controversia como valor noticioso único, a costa del todavía necesario equilibrio (balance) de las viejas reglas del periodismo. Y sobre todo a costa del derecho de la gente a la pluralidad de fuentes como base para formar el juicio de cada quien. Y es que después de tres horas de conversación de Reimers con los especialistas —y con la prensa— acaso cinco o diez minutos tuvieron el sentido de confrontación a la reforma, suficientes para marcar un giro casi único en lo publicado en impresos. Usted la puede seguir aquí: https://www.fondodeculturaeconomica.com

Director general del FCE

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