Estoy convencido de que la gran mayoría de los políticos profesionales no tienen idea de lo que es el poder político, lo confunden con el poder fáctico, otros se obnubilan perdiendo el piso o de vista la realidad.
Lo más relevante de la pasada elección, más allá de la gran victoria de mi partido ganando la mayoría de los gobiernos estatales, es que deja más en claro que el poder político no se posee, no se compra, no se tiene por parte de los gobernantes, no, se tiene prestado, delegado, por los ciudadanos y ciudadanas; la jornada electoral pasada deja más que claro el hecho de que sólo el ciudadano tiene el poder de dar y quitar el poder.
Y más vale a los candidatos ganadores y gobernantes en funciones que así lo entiendan para que nuestra democracia empiece a rendir frutos conformando gobiernos más honestos y eficientes, en beneficio de la sociedad y no de sus bolsillos y camarillas.
La elección también deja, indiscutiblemente, como evidencia que la ciudadanía está con el PAN, que la ciudadanía siempre tendrá la razón y siempre optará por la mejor opción.
El PAN es una reserva de ética y moral del país cuando se percibe corrupción en los gobiernos, la ciudadanía sabe que el PAN tiene los políticos más honestos.
El sufragio es un ejercicio democrático y la ciudadanía emite su derecho y bien puede hacerlo por un partido o por otro, sin embargo, al final busca el remanso de la tranquilidad, de la prosperidad, bienestar, la paz y la unidad que ha dado el PAN.

Es una excelente noticia que esta elección dejó claro que voto fue contra los corruptos y a favor del PAN, la ciudadanía sabe perfectamente de qué lado está cada uno y en definitiva la ciudadanía de ninguna manera está dando oportunidad a que la corrupción, la impunidad y la burla sigan gobernando.

Muchas han sido ya las evidencias de actos de todo tipo que lejos están de la transparencia, la honestidad, la justicia, la seriedad, la unidad, la paz y la seguridad, que muestran al PRI como lo que siempre ha sido, lo que es y lo que será.

Ahora la esperanza por vivir un México mejor para todos y todas las mexicanas se aproxima, la confianza de los ciudadanos está puesta en manos del Partido y éste tiene a los mejores elementos y una gran experiencia en el manejo de los asuntos públicos que prometen no defraudar la tremenda responsabilidad que representa el voto que le ha dado la ciudadanía en 7 de los 12 estados que participaron en las elecciones del domingo anterior.

Estoy convencido de que a ese 58% de los mexicanos de esos estados del país, el PAN les retribuirá la confianza puesta, con trabajo, con transparencia, con honestidad, con ética y con actos de moral y valores que genere la esperanza de mejores y mayores oportunidades para todas y todos ellos, y para el 42% restante que optó por lo mismo de siempre, los resultados que se presenten a la ciudadanía, serán la carta de presentación del Partido para convencerlos de que no hay mejor opción que el PAN.

Bien dicen que la historia se repite, recordando a Manuel Gómez Morín que en 1915 convocó a mexicanos de su época a sumarse al proyecto para la reconstrucción del país, que en esos estaba ya en senda crisis tanto económica, como política y social y que para 1939 fundaría lo que hoy es el partido, ubica una necesidad similar a esta época que estamos viviendo.

Las condiciones y el entorno han cambiado por supuesto, pero el PAN sigue siendo el bálsamo que México y su gente necesitan en tiempos de tanto desorden y malestar, partiendo del esperanzador sentido que ha ofrecido a México durante casi ocho décadas, que se basa en la búsqueda por inspirar la ordenación jurídica y política de la nación en el reconocimiento de la persona humana concreta, cabal, y de las estructuras sociales que garanticen verdaderamente su vida y desarrollo integral.

El Partido Acción Nacional ha luchado porque los ciudadanos voten libremente y sin ninguna presión, amenaza, engaño o falsa promesa, de ahí que ha pugnado durante casi ochenta años, porque el voto se ejerza también de manera transparente, haciendo con todo esto de manera simbólica honor a los dos colores que lo distinguen y haciendo suyos y de los mexicanos el azul y blanco.

Un gran número de mexicanas y mexicanos que aman profundamente a su país, han marcado ya la diferencia y están dirigiendo el rumbo nacional; por eso que el mapa nacional se tiña de blanco y azul, no es de extrañarse, y esto sólo es una muestra de lo que el Partido promete para 2018.

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