Nuevos retos

Es un hecho que a pesar de la solidez de la democracia mexicana, de los avances en materia de legislación electoral, de la madurez de sus instituciones y electorado, los partidos aún están quedando a deber en cuanto a la representatividad de la sociedad y como conductos de las demandas y propuestas ciudadanas.

El dirigente nacional de mi partido, Ricardo Anaya, me ha honrado con la invitación para formar parte de su equipo en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN nombrándome Secretario de Vinculación con la sociedad, el cual acepté con responsabilidad, convicción y entusiasmo, por que creo firmemente que mi partido es el mejor visto por la sociedad mexicana, por lo que sólo hace falta instrumentar acciones que permitan amalgamar la vinculación entre el partido y la sociedad.

Parto del hecho de que los partidos atraviesan por una seria crisis de credibilidad en la sociedad, de que tienen una baja calificación por parte de la ciudadanía en en contexto de las instituciones sociales, de ahí el alto porcentaje de abstencionismo y de rechazo a la política desde los partidos por amplios sectores de la sociedad.

De acuerdo a la encuesta de cultura política y practicas ciudadanas, ocho de cada diez ciudadanos perciben la política como un tema muy complicado o algo complicado, lo cual perciben pasando por el tamiz de las televisoras ya que el 76 por ciento de los ciudadanos se enteran por la televisión de lo que pasa en política. Cuatro de cada diez ciudadanos no ven a la democracia como la forma de gobierno que más prefieren.

En cuanto a la confianza institucional las instituciones  que recibieron la peor calificación fueron los sindicatos, los diputados, senadores, los partidos políticos y la policía; y lo más dramático es que por lo mismo el 65 por ciento de los ciudadanos tienen poco interés en la política.

Asimismo, cuatro de cada diez ciudadanos piensan que en el futuro tendrán menos posibilidades de influir en las decisiones de gobierno, lo que significa que se ven alejados de la actividad política a pesar de que 64 por ciento sostiene que el país no va por el rumbo adecuado.

En particular, sobre la necesidad que tiene nuestro sistema político de contar con partidos políticos, un tercio de los encuestados los percibe como poco o nada necesarios. En tanto que 44 por ciento de la población encuentra que para trabajar en una causa común, resulta difícil o muy difícil organizarse con otros ciudadanos.

Ocho de cada diez ciudadanos está de acuerdo o muy de acuerdo en que el ejercicio del voto es el único mecanismo con el que cuentan para decir si el gobierno hace bien o mal las cosas.

Este panorama sin duda representa un reto para todos los partidos, especialmente para quienes tenemos la responsabilidad de acercarlos a la sociedad, a la ciudadanía, pero también representa una oportunidad de oro para quienes tenemos la convicción de que los partidos son más de la ciudadanía que de las militancias, estas sólo integran la maquinaria que pone al servicio de la sociedad a los partidos, es por eso que una de las premisas que me guiaran en esta nueva responsabilidad es hacer del PAN un partido, un instrumento, no sólo electoral, no sólo para acceder al poder, sino una organización de la ciudadanía para resolver problemas, representarla, mover gestiones ciudadanas, ayudar a las organizaciones, a las familias y a las personas.

No obstante las cifras de la encuesta de cultura política, estoy convencido de que el PAN es el partido mejor visto por la gente, a pesar de nuestras fallas y de algunos de sus militantes, seguimos siendo el partido menos mal visto, el más franco, menos demagógico, menos simulador, esa es la ventaja de la partiré en esta nueva responsabilidad.

Estoy convencido de la importancia de esta responsabilidad, mi objetivo será lograr una vinculación tal entre el PAN y las mexicanas y los mexicanos, que en el 2018 más que convencer a la ciudadanía de votar por el PAN, la sociedad sea la que nuevamente lo lleve a la Presidencia de la República.

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