El maestro artesano Felipe Torres, de 57 años de edad, lleva más de veinte años perfeccionando su técnica en la creación de cuchillos, especialmente manipulando el acero Damasco, siendo el primero en México que comenzó con la realización de este patrón, según Latro Ronin, coleccionista desde 1980.

Por Brenda Butrón

El acero Damasco se caracteriza por sus patrones, producto de la combinación de dos aceros o más, que dan la imagen de “estar unidos pero no revueltos”. Este tipo de metal forjado originalmente se creó para obtener tenacidad y retención de filo en espadas, pero actualmente también se manipula para crear filos “bellos”.

El artesano que lleva la cuchillería mexicana al mundo
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Torres comenzó como un herrero tradicional, pero derivado de la atracción que siente hacia los cuchillos, aprovechó que tenía un taller y comenzó a fabricar sus propias cuchillas, mismas que utiliza para practicar una de sus actividades favoritas: la caza.

Cuchillo de acero Damasco con colmillo de jabalí sudafricano.

La pasión que tiene el artesano cuchillero por estas herramientas la siente desde que apenas era un niño, época en la cual recuerda lo mejor a lo que se podía aspirar era a tener una multiherramienta Victorinox: “eran un sueño para todos. Solamente se podían ver en películas y en televisión, pero actualmente las venden hasta en las farmacias”.

El artesano que lleva la cuchillería mexicana al mundo
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Originario de la Ciudad de México, por un tiempo se fue a vivir a Cancún, y en cuanto regresó, hace 22 años, comenzó a trabajar inmediatamente en la herrería tradicional, ocupando sus ratos libres para hacer cuchillos para él, que recuerda el primero le quedó chueco, pero funcional.

El artesano llevaba sus productos a su actividad con el arco, y fue ahí cuando sus amigos conocieron su trabajo y comenzaron a hacerle encargos, así fue como comenzaron sus ventas.

Inició a trabajar con el acero Damasco, después de que un amigo le enseñara uno que trajo de Francia, ante lo cual le aseguró que no eran nada fácil de hacer, pero él no se desanimó: “no lo hacen los extraterrestres, sí los hace otra persona lo puedo hacer yo. No sé cuánto tiempo me tardé pero de que lo voy a hacer, lo voy a hacer”.

Así fue como arrancó con lo que ahora es uno de sus diseños favoritos, y unos meses más tarde logró obtener sus primeras piezas funcionales de este tipo de acero, pero perfeccionar la técnica fue algo que le tomó años e incluso el cree que aún no la domina al 100%.

Tonch López, coleccionista de cuchillos desde hace 28 años y cliente frecuente de Cuchillos Torres desde hace seis, opina que Felipe “es de los pocos maestros que se dedican a hacer buen Damasco de calidad, y sobre todo los terminados. Con él siempre es un plus el terminado, siempre busca una mejora continua, además, es de los pocos cuchilleros que trabajan todo tipo de metal”.

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“Es muy bonito para mí porque además es una de mis pasiones. Empezó como un gusto y sigue siendo un gusto. Me emociona cada pieza que hago, me sigue emocionando como si fuera la primera”, menciona el artesano sobre su trabajo al recordar que en sus inicios tenía dos pedidos al mes, cifra que con el tiempo subió a 20 o incluso a 30 piezas, aunque lamenta tener que limitarse para poder seguir haciendo un trabajo verdaderamente artesanal.

Primer cuchillo de acero Damasco hecho por Torres.
 

El artesano que lleva la cuchillería mexicana al mundo
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Cada año se presenta en la Expo Campeando que se realiza en Monterrey; exhibir ahí su trabajo le ha abierto las puertas para vender en los estados del norte, e incluso tiene clientes que radican en Texas, donde es proveedor en una tienda de caza.

Daniel es aprendiz del maestro Torres desde hace tres años y cuenta que para él es un privilegio trabajar a su lado y ver cómo transforma el acero “de nada a un cuchillo”.

Lo que más se le complica cuando se presenta en este lugar es que no está acostumbrado a realizar trabajos “en serie” porque cree que “lo más importante es que mis clientes tengan algo que es solamente de ellos para que puedan sentirse conectados con sus cuchillos”.

El artesano que lleva la cuchillería mexicana al mundo
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Así que cuando le toca realizar trabajos de este tipo siempre procura que sus productos terminen siendo diferentes, haciendo los mangos de distintos materiales, ya sean de hueso, madera o resinas.


 

Actualmente tiene planeado viajar a Atlanta para exhibir su trabajo en la exposición de cuchillos Blade Show, en la que se presentarán cuchilleros de todo el mundo: “me quiero medir, ver en dónde estoy a nivel mundial. Es interesante y al mismo tiempo atemorizante, pero el que tiene miedo no se mueve”.

Para que su trabajo resalte, además de presentar acero Damasco llevará diseños de “piedra”, porque ese es un terminado que en Estados Unidos no se ve.

El artesano que lleva la cuchillería mexicana al mundo
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Como la mayoría de sus clientes se dedica a la cacería, es común que le llamen diciendo que se encuentran en África o Alaska y que su cuchillo “se está portando muy bien”. “A mí me llena de orgullo, porque aparte de que están bonitos les son útiles en algo que hacen muy pocas veces. Me gusta saber que tienen confianza en mi trabajo”, comentó.

El único problema que nota en su oficio es que las personas comúnmente “ven mal” la portación de cuchillos, y es un pensamiento que a le gustaría que cambiar, ya que para él son herramientas y no armas, por eso está interesado en entrar en el mercado de la cuchillería para cocina.

El artesano que lleva la cuchillería mexicana al mundo
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Cuchillo para cocina San Mai con Damasco

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