Lionel Messi no la pasó nada bien en su visita a Monterrey. Todo el cariño que recibió en su llegada y en las afueras del hotel Quinta Real desapareció en cuanto pisó el Gigante de Acero.
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Desde que anunciaron su nombre en la alineación del Inter Miami fue abucheado en su totalidad por la afición local y cada pelota que tocaba sucedía lo mismo.
Por si fuera poco, al terminar el primer tiempo se fue al vestidor con gritos de “Cristiano, Cristiano” tratándose de su eterno rival portugués.
Finalmente, después del 3-0 de Rayados recibió el particular cántico al grito de “Messi se la come”.