Si uno pone atención en un paseo por la podrá encontrarse con valiosos testigos de lo que fue el , movimiento artístico que este año celebra su centenario, pues en 1925 se llevó a cabo la Exposition internationale des arts décoratifs et industriels, en París, de donde tomó su nombre.

Especialistas señalan que es complicado determinar cuándo llegó este estilo a México. Louise Noelle, investigadora en arquitectura del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, explica que en realidad el nombre “Art déco” comenzó a usarse años después.

“Hay que señalar que no es que se inventó en París y se trajo para acá. En París se hizo esa exposición y de ahí salió el nombre muchos años después, pero era un sentimiento generalizado por tener una nueva arquitectura. Eran cosas que se hicieron naturalmente y ya se venían haciendo desde antes y por eso están presentes en la gran exposición de París. No hay una fecha de llegada, no es una importación de algo”, explica.

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Otro gran ejemplo del estilo es el edificio de la Secretaría de Salud por sus líneas simples. Foto Darío Luna / EL UNIVERSAL
Otro gran ejemplo del estilo es el edificio de la Secretaría de Salud por sus líneas simples. Foto Darío Luna / EL UNIVERSAL

El movimiento artístico surge de una propuesta “radical”, describe Noelle, en la que se elimina la decoración de épocas pasadas. “A principios del XIX se hacían edificios ya con estructuras modernas, pero se les decoraba con estilos neogótico, neobizantino, neoclásico”. En este afán de deslindarse del pasado se comenzó a hacer una arquitectura de líneas limpias, “sin embargo, arquitectos, diseñadores y clientes les parecía que era demasiado frío y había que agregar algo para que se viera bonito”, dice Noelle. Así fue como llegaron las decoraciones geométricas que caracterizan a los edificios de esta época.

Los creadores

En la Ciudad de México hay muchos ejemplos de arquitectura art déco, creados principalmente por los arquitectos Juan Segura, creador del Edificio Ermita (Av. Jalisco 125, Hidalgo); Francisco J. Serrano, la mente detrás del famoso Edificio Basurto (Av. México 187, Hipódromo); Federico Mariscal, responsable del vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, y Manuel Ortiz Monasterio, quien diseñó La Nacional, ubicado justo frente al Palacio y que actualmente alberga una tienda departamental.

“Aquí en México tuvo varias expresiones de muy importantes arquitectos, arquitectos que habían estudiado todavía en el sistema de lo que se llamaba académico, de retomar estilos del pasado”, comenta Noelle. La experta también señala que este estilo se da en el contexto posrevolución, cuando México comienza a reconstruirse, a tener estabilidad política y económica.

Pedro Rodríguez, historiador egresado de la Facultad de Filosofía y Letras especializado en arquitectura, considera que uno de los ejemplos más importantes de art déco en la capital, y que a la vez suele pasar desapercibido, es el edificio de la Fundación Mier y Pesado (Calzada de Guadalupe No.540, Gustavo A. Madero), de Juan Segura.

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El cine Orfeón está en riesgo por daños estructurales por los sismos. Fotos: Fernanda Zamora / EL UNIVERSAL
El cine Orfeón está en riesgo por daños estructurales por los sismos. Fotos: Fernanda Zamora / EL UNIVERSAL

“Yo creo que es un edificio que muy poca gente ubica para la importancia que tiene. Es uno de los mejores ejemplos del art déco que hay en México, es monumental, sus líneas son completamente geométricas, que es uno de los estándares del art déco”.

Un elemento que caracteriza al art déco en México es la incorporación de elementos prehispánicos, pero trazados con esas mismas líneas limpias y geométricas.

“Hay una cierta influencia, y aparecen aplicaciones geometrizadas de elementos prehispánicos. Para mí, parte del art Déco en México es este neocolonial, porque a los mexicanos nos encanta esa decoración, somos barrocos de corazón”, comenta Noelle. Entre esos ejemplos figuran el interior del Palacio de Bellas Artes o las decoraciones del edificio Banco Mexicano, en 5 de mayo.

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Otras construcciones que destacan son el edificio Basurto, el edificio Ermita y La Nacional. Fotos: Fernanda Zamora / EL UNIVERSAL
Otras construcciones que destacan son el edificio Basurto, el edificio Ermita y La Nacional. Fotos: Fernanda Zamora / EL UNIVERSAL

“Digamos que el ambiente cultural de la época es el nacionalismo. Esto ocurre acabando la Revolución. Y ¿qué es lo que busca la revolución culturalmente? Ligarse a todo lo mexicano, porque justo se había peleado contra el gobierno de Porfirio Díaz, ligado a todo lo extranjero. Así, los estilos que se ocupan para el nacionalismo, este neocolonial o colonial californiano, y el art déco, se les trata de dar todo un sentido nacionalista”, añade Rodríguez.

Un estilo para cine y hospitales

Louise Noelle destaca que el Edificio Ermita es representante digno de la innovación de la época, pues Juan Segura lo ideó como un conjunto que además de la vivienda, incluía comercios y cine. “Era una gran novedad, ¿a quién se le habría ocurrido mezclar un teatro con vivienda?”, dice la investigadora.

No es coincidencia que recintos del espectáculo como los cines Orfeón y Ópera o el hoy teatro Metropolitan sean ejemplos de este estilo, pues “daba para edificios monumentales”, dice Rodríguez.

Un caso similar es el de los edificios dedicados a la salud, que en la modernidad se optaron por estos estilos simples por cuestiones de higiene. Un ejemplo es el edificio de la Secretaría de Salud y descrito por Noelle como “uno de los grandes ejemplos de art déco”.

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Detalles en luz y tipografía

El art déco fue más allá de los edificios, pues también decoró herrajes, rejas, puertas de elevadores y en especial la luminaria.

“Lo que también se va a diseñar con estas formas geométricas nuevas son todas las luces y arbotantes, algo que antes no se hacía porque no había luz eléctrica. No se pudo hacer neoclásico en una lámpara”, señala la especialista del Instituto de Investigaciones Estéticas.

“El art déco se vuelve algo decorativo y por eso se crean tipografías muy lineales, geométricas. Vamos a encontrar los nombres de los edificios en un sentido estético. Lo vamos a ver en herrerías, relieves y otros detalles”, suma Rodríguez.

Construcciones en riesgo

Cien años después y las estrellas del art déco comienzan a ceder ante el paso del tiempo.

Hoy los cines Orfeón y Ópera están en riesgo por daños estructurales causados por los sismos.

El Moro, el que en su momento fue el edificio más alto de la ciudad, sigue cerrado y sin recibir atención por los daños que sufrió en el terremoto de 2017. Mientras que otras joyas arquitectónicas han desaparecido, como el Instituto de Higiene de Popotla, también conocido como Granja Sanitaria, que fue diseñada por el arquitecto José Villagran y fue considerado el primer edificio moderno de México.

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O el Cine Lindavista, que era mejor conocido como El Castillo, fue diseñado por S. Charles Lee en la colonia Tepeyac Insurgentes y que después de décadas de abandono fue demolido para darle lugar a una iglesia que finalmente no se terminó de construir.

“Hay algunos que se han dañado, pues los terremotos no nos han hecho ningún bien, pero pues frente a eso es algo que no podemos hacer nada. Tampoco se puede proteger todo el pasado”, concluye Louise Noelle.

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