¡Que Sergio Mayer ya no se confunda!

Nos cuentan que el presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Sergio Mayer —que todavía confunde Bellas Artes con el Palacio Nacional—, anda muy presto reuniéndose con diversos sectores de la comunidad cultural. Receptivo a los problemas de los distintos grupos, se sentó a hablar con los directores de museos que, lista en mano, le contaron de sus carencias. En un documento colegiado le plantearon la situación que atraviesan los recintos y cuestionaron asuntos puntuales: desde ¿por qué en la Ley General de Cultura y Derechos Culturales la palabra Museos sólo aparece una vez? hasta la importancia de analizar las políticas fiscales para que salgan beneficiados estos espacios, ah... y de paso que éstos migren hacia nuevas tecnologías. Con tanta agenda, museos y tantas peticiones, ojalá que Mayer no se vuelva a confundir. Ahí les encargamos a sus asesores que le echen una mano.

Interesantísimas, mesas de transición... y desahogo

Las mesas de diálogo que propuso el equipo de Transición Cultura de la próxima administración han resultado muy interesantes porque se escuchan propuestas que ojalá puedan concretarse con el apoyo necesario. Pero también porque han servido como espacios de desahogo, confesiones, autocríticas y hasta de inmolaciones, como la que hubo en la discusión dedicada a la danza. Nos cuentan que Gabriela Jiménez, responsable del área de prensa de la Coordinación Nacional de Danza del INBA, dirigida por Cuauhtémoc Nájera, fue la primera en tomar el micrófono y soltar su verdad. De frente y con la cabeza en todo lo alto sugirió que los próximos que lleguen a dirigir proyectos o instancias dedicadas a esta disciplina sí sepan de danza y sí la amen. ¡Sopas! También pidió que se dejen de lado los favoritismos y los amiguismos que, dijo, le constan y “pues no están padres”. ¡Aplausos! Porque la neta sí eh, qué bárbaros, no está nada padre. Luego dijo que los siguientes que lleguen a “dirigir danza” sepan qué programan porque meten a los teatros espectáculos que “no son de calidad” y ¡espantan al público! Y ya, para cerrar con un excelso haraquiri, pidió que los que se dedican a difundir este noble arte de Terpsícore, pues lo hagan bien y de manera tradicional, que no se olviden de los bonitos flayers porque ahora nomás quieren promover por redes y pues tampoco está padre. Su mamá, por ejemplo, es amante de la danza y no tiene ni celular, así que no hay que olvidar a la gente que no tiene esos recursos de información. ¡Bravo, doña Gabriela! ¿Cuándo se ha visto que un funcionario de una institución como el INBA se ponga a hablar en público sobre todos los yerros que le constan? ¿La habrá felicitado su jefe? Si todo esto lo hubiera dicho un par de años atrás habría estado más padre, ¿verdad? Pero bueno, al cuarto para las 12 se sigue agradeciendo un acto de tal franqueza.

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