Las imprentas, las editoriales y las librerías del país se encuentran en un riesgo inminente, ante la emergencia global de salud producida por la pandemia de Covid-19 , pues las ventas de libros en el mercado de librerías y en el mercado educativo se han desplomado, además la producción de libros también verá drásticamente disminuidas sus actividades. Por ello la industria editorial busca opciones para enfrentar el impacto económico que se avecina.

Así lo dieron a conocer a través de un comunicado los integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de Artes Gráfica (Canagraf) , la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) y la Asociación de Librerías de México .

"Las empresas de la cadena del libro, atentas al momento por el que pasamos, estamos buscando modos de apoyar las medidas de mitigación decretadas por la Secretaría de Salud y en atención a lo solicitado por el Estado hemos suspendido, o estamos a punto de hacerlo, todas nuestras actividades por al menos un mes", dice el documento.

En el pronunciamiento, las cámaras añaden que la salud de la población y la salud de las empresas están indisolublemente ligadas: no puede existir una sin la otra, por lo que es indispensable que el Estado "atienda las necesidades del sector productivo en bien de la población y se establezcan medidas que protejan el empleo y permitan la subsistencia de la cadena de producción y venta de libros".

Y añaden que ante "la inminencia de cierres de empresas, de despidos masivos y de la destrucción de un sector clave de la economía", los impresores, editores y libreros del país plantean algunas medidas inmediatas de estímulo y protección que se requieren para evitar el desastre que implicarían la pérdida de empleos y la destrucción de la planta de producción y venta de libros en México.

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Entre las propuestas, sugieren que haya apoyo financiero en varias modalidades. La banca privada, citan, ha comenzado a dar pasos en ese sentido con su disposición a diferir pagos de distintos créditos.

Además, dicen el Estado debe reconocer la situación de emergencia y ofrecer medidas fiscales para la protección del empleo y de los ingresos de los trabajadores que con el cierre de empresas se irían al desempleo. "Estas medidas incluirían diferir el cobro de ISR y la declaración anual de las personas físicas y morales. Es indispensable también simplificar y acelerar la devolución del IVA a las empresas que tienen saldos a favor", así como contar con créditos a largo plazo y a tasas reducidas.

En entrevista, Juan Luis Arzoz Arbide , presidente del Consejo Directivo de la CANIEM , explicó que además de los cierres totales y parciales de las librerías se han cancelado ferias alrededor del mundo que son vitales para la cadena del libro y esperan que se puedan mantener algunas que son de gran relevancia como la de Guadalajara y la de Frankfurt .

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"El Estado podría ser un participante de todo lo que se avecina, no lo hemos planteado como el responsable de todo, pero sí creemos que debemos mantener un diálogo y trabajar juntos. Creo que en un plazo cercano podríamos sentarnos y platicar armónicamente con quienes nos indiquen, la Secretaría de Cultura , con la Secretaría de Educación Pública o con quien nos digan, nosotros estamos en la mejor disposición de dialogar con todo el mundo", precisó.

Arzoz adelantó que están analizando las pérdidas económicas que podría enfrentar la industria del libro. "La Canagraf, la Asociación y nosotros estamos buscando las opciones y estamos analizando la situación, lo mejor que podemos hacer ahora es seguir trabajando juntos. En el 2009, con la influenza también hubo un impacto, pero no es comparable con la que podríamos enfrentar ahora. El mercado del libro es muy frágil, si cierran una feria pues ya no surtimos en un estado, por ejemplo. Nosotros seguimos trabajando, en casa como se nos ha recomendado, no podemos parar y lo seguiremos haciendo en la medida que tengamos trabajo", indicó.

fjb

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