Los primeros africanos en América fueron localizados en el Hospital Real de San José de los Naturales, en el centro de la Ciudad de México, vivieron durante los primeros años del periodo colonial, dentro del rango de 1436 a 1626 d.C., y padecieron hepatitis B y frambesia, confirmaron estudios que realizaron investigadores mexicanos y alemanes.

La confirmación se hizo a partir del análisis de tres esqueletos, de hombres que fallecieron entre los 25 y 35 años, en los que se hicieron tres tipos de estudios: osteológicos, con los que se pudo obtener la biografía de cada uno a través de sus huesos; genéticos, con los que se supo sobre sus enfermedades; y el de isótopos de estroncio, con el que se pudo hacer una aproximación sobre su lugar de nacimiento.

En el análisis participaron el bioquímico alemán Johannes Krause y Rodrigo Barquera, químico farmacobiólogo de la ENAH y quien realiza su doctorado en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (MPI-SHH) en Alemania.

En entrevista, Rodrigo Barquera explica que el espacio arqueológico del Hospital Real de San José de los Naturales fue encontrado en 1992, mientras se realizaba el salvamento arqueológico con motivo de la construcción de la Línea 8 del Metro, en el Centro Histórico, donde está la estación San Juan de Letrán.

Algunos autores ya habían sugerido que entre los restos de ese espacio se encontraban esqueletos de origen africano; sin embargo, no habían sido sometidos a estudios para confirmar esa idea.

“Nos dimos cuenta que había una ausencia de las raíces africanas en los estudios de genética en el país y esto permea a la sociedad. Al estar ausente esta raíz africana, no es parte del imaginario colectivo. Lo que se busca es tratar de reivindicar las raíces africanas desde la genética antropológica”.

Los restos óseos fueron sometidos a diferentes estudios, uno de ellos fue el osteológico, que es el que reveló la biografía del individuo a través de sus huesos: “Se analizaron a detalle los huesos y las huellas que hay en ellos, tratando de buscar qué de esas huellas corresponden a patologías infectocontagiosas, traumas, desarrollo o nutrición”.

Otro estudio fue el genético, que a su vez estuvo dividido en dos partes, una consistió en el análisis de genética de poblaciones, con el que se pudo comprobar que fueron individuos sin ningún tipo de mestizaje “que pertenecieron a una tribu africana que actualmente sólo se podría encontrar en el occidente y sur de África”.

“La otra parte de los estudios genéticos arrojó que estos individuos estaban afectados, uno de ellos con Hepatitis B y otro con una bacteria que se llama Treponema pallidum, que es causante de la enfermedad frambesia y que es muy similar a aquella que causa la sífilis. Esto nos arroja datos de introducción de enfermedades por esta trata trasatlántica de esclavos”.

Un tercer estudio fue el de los isótopos de estroncio, “que nos condujo a hacer una aproximación sobre su lugar de nacimiento. Con los isótopos pudimos ver que no nacieron en América, que lo más probable es que hayan nacido en África, donde posiblemente pasaron toda su juventud, antes de ser recluidos y trasladados a América”.

Rodrigo Barquera señala que de todos los esqueletos encontrados, escogieron a los tres individuos porque presentan patrones de decoración dental, que son consistentes con otros encontrados en grupos africanos, hipótesis que ya comprobaron, además de que obtuvieron otros datos, como que son hombres que fallecieron entre los 25 y los 35 años.

Reescribir la historia

El investigador del MPI-SHH indica que el descubrimiento es relevante, porque ahora se les puede dar identidad genética a tres individuos que aparentemente son sólo esqueletos.

“En ninguno de los tres individuos encontramos signos de mestizaje. En general, el estudio nos permite reforzar la idea de que estas raíces africanas también son parte del mexicano, no sólo biológicamente hablando, sino cultural y socialmente. Tenemos herencia africana por aquellos que llegaron durante la época de la Colonia”.

Los cuerpos fueron encontrados en el espacio del Hospital Real de San José de los Naturales, algo que debe considerarse, dice Barquera, porque por decreto de la Corona Española estaba fundado para poder dar servicios de salud a los naturales, es decir, a los indígenas.

“Encontrar restos no indígenas en este espacio tiene varias implicaciones, una de ellas es que se encontraron en una fosa común y por las fechas obtenidas a partir de la datación de carbono 14, nos hace pensar que se trate de evidencia de las primeras epidemias que ocurrieron en la Colonia en la Nueva España”.

El investigador agrega que durante el Virreinato se aseveró que los africanos no eran susceptibles a las enfermedades que estaban matando a los grupos indígenas en América y que por eso requerían de la mano de obra esclavizada de África para poder cubrir las cuotas que la corona española les imponía.

“Encontrarlos ahí quiere decir que los africanos también eran afectados por esas enfermedades, y que en realidad era una mentira que empleó el gobierno de la Nuevas España para que los dejaran transportar esclavos. Las implicaciones históricas son bastantes fuertes”.

Nuevas hipótesis

Los estudios realizados a los tres individuos no revelaron sus causas de muerte, explica Barquera, pues se pudo constatar que de todos los traumas que sufrieron en vida, sanaron, “esto quiere decir que el abuso físico no los mató”.

“Los patógenos que encontramos de Hepatitis B y Treponema pallidum, normalmente causan infecciones crónicas que si bien pueden llegar a matar al individuo, este no es el caso, porque generalmente estas infecciones tardan varias décadas en mermar al organismo, y en el individuo con Treponema pudimos ver que llevaba varios años con la enfermedad, pero no había afectaciones graves, es decir, estaba en progreso y no estaba en etapa terminal. Lo más probable es que hayan fallecido víctimas de enfermedad desconocido que se le denomina como cocoliztli, y cuya identidad permanece sin resolverse”.

Si bien ya concluyeron los estudios en los tres individuos, el equipo de Barquera estudia actualmente una veintena de esqueletos del mismo contexto, “para darnos una idea de la composición genética de principios de la Colonia, porque en la historia se menciona a españoles, tlaxcaltecas y aztecas, pero ahora vemos esto y no sabemos qué nuevas sorpresas podamos encontrar en esos análisis”.

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