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No fue hace tantos años que se vieron por primera vez, el destino les tenía marcado encontrarse en algún momento; en un inicio todo pintaba para que su relación se convirtiera en la de una pareja épica; pero no, no fue así.
Sus historias personales no distaban mucho, ambos habían llegado al mismo equipo recomendados por la misma persona, Sir Alex Ferguson; la ciega fe de Fergie era tan grande que llevó a David Moyes y Javier Hernández con él, los recomendó en su equipo, aquel en el que había escrito una de las historias más irresistibles del futbol inglés y al cual había llegado el momento de decir adiós.
Más allá de un gran idilio que se robara las portadas y corazones de los aficionados de los Red Devils, la suya fue una relación tormentosa, la química entre ellos fue nula y no hubo forma en que vivieran un tórrido y largo romance, su futbol no se los permitió.
David Moyes tuvo la oportunidad de su vida, dirigir al Manchester United, no cualquiera, la tarea no era fácil, emular lo que Ferguson había hecho era una misión imposible, pero el equipo enfrentaba un momento distinto en muchos ámbitos, respetado en lo deportivo y con un poder económico que le brindó facilidades para conformar un equipo que trascendiera, situación que Moyes no supo aprovechar. Enamorado de la dupla Wayne Rooney- Robin Van Persie y seducido por el talento de Danny Welbeck dejó a Javier Hernández calentando banca; sí, nuestro Chicharito no era, no es ni será del agrado del técnico escocés.
La menor cantidad de minutos en el Manchester United de Javier Hernández fue con David Moyes, 840 en todo el año futbolístico, traducido en goles: 4. Chicharito jugó cinco juegos y anotó cuatro veces, 170 minutos en Champions League fue lo único que pudo acumular; no eran sus habilidades, no era su futbol, la realidad es que el mexicano no le inspira confianza a Moyes.
Tiempo después se volvieron a encontrar, West Ham los ha puesto frente a frente nuevamente, su reencuentro fue muy lejano a lo que Corin Tellado pudo haber descrito en una de sus novelas, ninguno corrió para abrazar al otro, no hubo miel que derramar, sólo ha sido un reencuentro, con un final que no era necesario esperar.
La historia se ha repetido, Moyes ha creado un dejá vu, Hernández era titular indiscutible con Bilic y ahora es cuarta opción para su técnico, quien ha apostado por Arnautovic y Antonio para iniciar, y Ayew como su primer posibilidad de cambio dejando a Chicharito con muy pocas oportunidades, mismas que, han abierto la puerta al mercado invernal.
Con el Mundial en puerta, lo que menos necesitaba Hernández era esto en su camino, si quiere llegar a Rusia debe aprovechar y salir a la brevedad, parece que, sarcásticamente David Moyes, es todo un Chichafan.