El Gran Premio de Austria nos regaló una de las mejores carreras de los últimos años, con un Max Verstappen inspirado y corriendo al más puro estilo de Ayrton Senna, con Mercedes sorprendentemente fuera de forma, y con Ferrari, una vez más, quedándose en la orilla de ganar una fecha del calendario de la máxima categoría.

Ya han pasado 12 carreras de sequía sin que la escudería italiana pueda cantar victoria, la última vez fue en el Gran Premio de Estados Unidos de 2018, donde el finlandés Kimi Raikkonen, hoy en Alfa Romeo, alcanzó lo más alto, como colofón de su estancia en Ferrari. Desde entonces, Mercedes ha predominado con nueve victorias, en tanto que Red Bull ha logrado un par.

¿Está hoy mejor Ferrari que la temporada pasada? La verdad es que no. Durante 2018, el equipo italiano logró seis poles position, con el mismo número de victorias. En 2019, hasta el Gran Premio de Austria, Ferrari lleva tres poles y sin ganar hasta el momento. Analizando los Grandes Premios de Bahrein, Azerbaiyán y Austria, carreras en donde ha logrado arrancar en primer lugar (en dos ocasiones con Charles Leclerc , por una de Sebastian Vettel ), Ferrari ha perdido en las últimas vueltas, lidiando con la gestión de los neumáticos o por problemas con el motor.

El sabor amargo para los tifosi de ver cómo sus pilotos pueden arrancar en primer lugar, liderar la mayor parte de algunas carreras y ver cómo entregan la victoria a sus rivales, no sólo a Mercedes , sino también a Red Bull. Está claro el dominio de Mercedes, es el equipo hegemónico desde hace poco más de un lustro, cuenta con un mejor motor y Lewis Hamilton ha sido prácticamente imbatible carrera a carrera, en donde solo otro Mercedes l e ha arrebatado el campeonato, Nico Rosberg en 2016.

¿Qué ha fallado? Algunos lo llamarían una tormenta perfecta. Aún cuando Ferrari tuvo una pretemporada brillante, se topó con la realidad de que no tiene un auto del todo ganador. Además, su piloto estrella ha pagado los años en la escudería dudando de si puede ser campeón de nueva cuenta, opacado en momentos por Leclerc, su nuevo compañero de equipo y quien está ciertamente llamado ha ser una estrella de la F1. Otro tema han sido la gestión de los neumáticos, que le han pesado en momentos claves.

El problema claramente están en los fosos. Mattia Binotto llegó con la promesa de que los errores en la dirección no serían un problema, luego de que Mauricio Arrivabene encabezara a Ferrari durante cuatro años, y en donde paradójicamente en 2018 tuvo una de sus mejores años con seis victorias, y en donde quizá un año más no le habría venido mal. Sus pilotos han estado ahí para ganar carreras, pero Binotto no atina a dar con la estrategia que cierre un fin de semana perfecto.

Al calendario le quedan todavía 12 carreras, el mismo número que Ferrari ha dejado atrás sin ganar. Los aficionados están impacientes. ¿Lo logrará? Lo más probable es que no.

@jgarciacontacto

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