La lesión de Mateus Uribe desnuda una práctica común y a la que le han tomado gusto los equipos de la Liga MX: traer refuerzos que no juegan.

El colombiano se perderá 15 días de actividad con el América por un espasmo en la espalda, pese a sólo haber participado 34 minutos en la Copa. Es decir, puede que haga su debut en el Apertura 2017 hasta la jornada 8. ¿Cómo puede ser eso? ¿No se supone que se les hacen pruebas médicas para estar en el terreno de juego de inmediato y, así, que desquiten el sueldo?

Lo mismo pasa con el atacante Keisuke Honda. Mucho ruido en redes sociales, presunciones de Jesús Martínez acerca de la contratación del japonés por parte del Pachuca... para que el asiático ni siquiera sea convocado.

No es justo para el aficionado que lo timen con contrataciones de “estrellas” cuyo rendimiento ni siquiera se puede evaluar.

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