En días pasados, el Banco de México dio a conocer los resultados de la Cuenta de viajeros internacionales de la Balanza de Pagos para el cierre de 2017, mismos que confirman el extraordinario momento por el que pasa el componente internacional de la actividad turística en nuestro país y que alcanza ya un periodo de seis años.

Por su trascendencia, además de reportarse una nueva cifra récord en cuanto a la llegada de turistas internacionales al alcanzarse los 39.3 millones (12% más que el año anterior), se debe destacar el ingreso de 21.3 miles de millones de dólares (mmdd) —8.6% por arriba de 2016— y, especialmente, el saldo superavitario de la Balanza Turística de 10.5 mmdd que contrasta con el crónico déficit de la Balanza Comercial, el enorme déficit de la Balanza Petrolera y, también, el déficit de la Balanza Manufacturera. No está de más recordar que la dinámica del turismo hacia México en 2017, prácticamente, duplicó el crecimiento de los turistas internacionales en el mundo (6.7%).

Enrique De la Madrid, secretario de Turismo, escribió en este mismo diario un artículo destacando estos datos, en un tono que, por cierto, comparto; en él, se reconoce el trabajo realizado por quienes forman parte de esta industria, pero también se menciona que no se debe permitir el asumir una actitud de complacencia.

Señala De la Madrid que uno de los aspectos que hay que atender, ciertamente entre otros, es el del bajo gasto medio del turista que se interna por vía aérea al país (909 dólares) y para ello habría que ofrecer “... productos con mayor valor agregado y estancias más largas ...”. Sin duda, el tema del gasto medio es central en la construcción de la siguiente etapa del turismo mexicano, parece necesario, en consecuencia, dar algunos datos de contexto para, posteriormente, hacer algunos apuntes sobre las alternativas propuestas para su incremento.

Así, en primer término es pertinente recordar que los 39.3 millones de turistas internacionales se componen en un poco menos del 60% de turistas de internación (los que, efectivamente, ingresan —más allá de la zona fronteriza— al país) y la diferencia son turistas fronterizos; asimismo, se debe enfatizar que de los alrededor de 22 millones de turistas de internación, 18.6 ingresan por vía aérea y el resto lo hace por tierra. Es muy importante destacar que alrededor de 80% de los ingresos turísticos corresponden a turistas aéreos (en la diferencia al total, además de los terrestres se consideran los excursionistas (que no pernoctan) y que se dividen en fronterizos y pasajeros en crucero. Con esta información en mente se tiene que el gasto medio de los turistas internacionales es de 542 dólares, el de los turistas de internación 809 y el de los aéreos el ya mencionado de 909 dólares; de tal suerte que así como afirmamos que México ocupó el sitio 14 en ingresos internacionales en el mundo en 2016 y 8 en llegadas de turistas internacionales, no se puede pasar por alto que en gasto medio estuvimos, en ese mismo año, en el sitio 40 (considerando los turistas de internación sería el 25 y si fuera sólo el aéreo la posición fue la 19).

En países que compiten directamente con nuestro país dicho gasto medio en 2016 fue de 2 mil 713 dólares en Estados Unidos y de mil 117 en República Dominicana. Aunque no son del todo comparables no dejan de llamar la atención los registros de Australia y Tailandia: 4 mil 458 y mil 497 dólares, respectivamente.

Cuando se habla de productos turísticos con mayor valor agregado como estrategia para aumentar el gasto medio, se apunta en la dirección correcta, sin olvidar que la naturaleza esencial del producto turístico supone una combinación de ingredientes de carácter público y privado. Con ello, así como los empresarios deben mantener su tarea de innovación, diversificación y mejora continúa, corresponde a las autoridades públicas –en sus tres niveles– el asegurar la dotación de una infraestructura acorde con la competencia internacional, que no solo sea capaz de dar servicios de calidad a los visitantes, sino que también responda a las necesidades básicas y dignas de las poblaciones receptoras. De igual forma, corresponde a los gobiernos asumir la responsabilidad básica del pacto social, es decir, proveer de la seguridad a quienes se acogen a dicho pacto y, por extensión, por la naturaleza estratégica del turismo, a quienes haciendo uso de su ingreso disponible escogen de manera discrecional como destino a los centros turísticos de nuestro país.

Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Anáhuac México. Twitter: @fcomadrid

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses