El 2019 representa una oportunidad para realizar cambios significativos en favor de la mujer. No se trata de pensar en la equidad como una meta abstracta, sino de planear acciones específicas que nos acerquen un poco más a una sociedad donde los derechos humanos de todos sean respetados sin importar el género. Teniendo claras las ventajas de la igualdad y el empoderamiento de la mujer, resulta absurdo continuar con los mismos patrones de discriminación, misoginia, abuso y sexismo.

Para avanzar en la agenda de género en 2019, hay seis áreas prioritarias en las que debemos enfocar los esfuerzos: salud, educación, empoderamiento económico, participación política, violencia de género y acceso a la justicia. Para mejorar la calidad de vida de las mujeres se necesita la implementación estratégica de soluciones tangibles que atiendan el problema de raíz, con una visión a largo plazo y una perspectiva de derechos humanos, no sólo con parches superficiales.

Con base en las seis áreas prioritarias, hago énfasis en dar prioridad política a prevenir y atender los embarazos en adolescentes; implementar a nivel nacional un programa operativo con presupuesto asignado de educación integral en sexualidad; fortalecer las acciones para una distribución más equitativa de las labores domésticas y de cuidado entre hombres y mujeres; implementar políticas corporativas que fomenten la igualdad y apoyen el desarrollo profesional de las mujeres; ampliar el permiso de maternidad y de paternidad; eliminar por completo la brecha de género salarial; coordinar y fomentar la corresponsabilidad entre el sector público, privado y las organizaciones gubernamentales. La violencia generalizada envía un mensaje de tolerancia hacía los delitos en contra de las mujeres. El sistema de justicia en México tiene lagunas respecto a lo que significa la violencia de género y sus implicaciones. Muchos casos de feminicidios quedan impunes y los culpables ni siquiera son procesados. Por lo tanto, es necesario impartir la justicia con perspectiva de género para que las mujeres puedan solventar sus conflictos civiles, penales y familiares con el apoyo real del sistema.

Definitivamente, se requiere voluntad política, pero también un esfuerzo conjunto de todos para cambiar las actitudes sexistas que perpetúan patrones de comportamiento dañinos, no sólo para las mujeres, sino para toda la sociedad. Es momento de exigir a la nueva administración que la promoción de la equidad de género no se quede sólo en el discurso, sino que sea una prioridad en la agenda pública para avanzar hacia una sociedad más justa e inclusiva. La democracia no sólo es ejercer el derecho al voto, sino demandar al gobierno el cumplimiento de sus promesas, la transparencia y la rendición de cuentas.

Espero que 2019 traiga inspiración a su vida. Les deseo un año lleno de felicidad y prosperidad. No olvidemos que el cambio empieza en el interior de cada uno de nosotros y que el futuro está en nuestras manos. Son las acciones del aquí y el ahora que promoverán el desarrollo sostenible de nuestro país.

Empresaria, inversionista de impacto y defensora de los derechos de la mujer

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