Por: Alejandro Gutiérrez Sánchez

He sido alumno de la UNAM desde mi ingreso a la Escuela Nacional Preparatoria No. 6 “Antonio Caso”, donde, sin temor a equivocarme, viví una de las etapas más importantes de toda mi vida, conocí personas increíbles, grandes amigos que varios años después todavía tenemos el gusto se seguir reuniéndonos. Al final de esos tres años había llegado el momento de elegir una carrera, decisión que en lo personal fue difícil, ya que tenía en mente diferentes carreras relacionadas con las ciencias y las humanidades. Mi interés por la ciencia surgió desde que era niño, recuerdo que me encantaba ver documentales relacionados con la naturaleza y el universo, al final eso me inclinó a elegir la carrera de Física. Ingresé a la Facultad de Ciencias, pero pronto descubriría que lo que en realidad me gustaba era la química, así que un año después de entrar a Ciencias decidí realizar el examen de ingreso a la carrera de Química de Alimentos en la Facultad de Química. Los primeros semestres, cursando el tronco común de la carrera, donde se aprenden los conceptos básicos de la química, estructura de la materia, equilibrio químico, química orgánica, química inorgánica, me di cuenta de lo complicado que son los sistemas en la naturaleza y de la gran capacidad de las mentes de los científicos, capaces de entender, crear modelos y diseñar experimentos para demostrar cómo funciona el universo. En la Facultad de Química hay grandes profesores, con excelente capacidad de transmitir conocimientos e interés en el desarrollo de sus estudiantes, entre ellos diferentes profesores me recomendaron que, debido a mis intereses y capacidades, hiciera el cambio de carrera a Química, más enfocada al conocimiento profundo de fenómenos químicos y la investigación. Al final decidí cambiarme de carrera e ingresar a Química, acción que considero fue acertada, ya que me surgió el interés de convertirme en investigador y poder trabajar en la universidad, además, quedé muy conforme con todo lo que aprendí durante la licenciatura. En la etapa final de mis estudios tuve la oportunidad de trabajar en diferentes áreas de la Química, pero decidí quedarme en un área denominada Química Analítica, incorporándome al grupo de investigación dirigido por la Dra. Josefina de Gyves Marciniak, profesora-investigadora con gran trayectoria.

Además ingresé al subprograma 127 “Formación básica en Investigación”. En específico comencé a trabajar en la síntesis y caracterización de polímeros para la fabricación de membranas para dispositivos electroquímicos conocidos como “celdas de combustible”, capaces de aprovechar la energía química de un combustible y un oxidante, transformándola directamente en energía eléctrica con buena eficiencia y disminuyendo la emisión de gases contaminantes. La energía obtenida puede ser aprovechada en diversas aplicaciones, entre ellas el uso en automóviles y dispositivos portátiles.

Concluyendo mis estudios de licenciatura, inmediatamente me incorporé a estudiar la maestría en el Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Químicas de la UNAM, continuando en el tema de celdas de combustible, becado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Además me incorporé al plantel docente de la facultad como profesor de asignatura en la materia de Química Analítica I, experiencia muy gratificante con una misión muy importante: tener la oportunidad de enseñar a aproximadamente 70 alumnos por semestre.

Concluí exitosamente mis estudios de maestría con mención honorífica y entré al Concurso Fundación UNAM-CFE de energía 2016, del cual resulté ganador del primer lugar en la categoría de Maestría, lo que me dejó una gran satisfacción e impulso para continuar con la investigación ahora en mis estudios doctorales.

La Universidad alberga a miles de estudiantes y lamentablemente la situación económica de muchas de sus familias no es la mejor, por lo tanto necesitan un impulso extra para lograr culminar sus estudios, por eso es importante que diversas instituciones los apoyen. La Fundación UNAM es una de las más importantes, otorga becas y premios a muchos estudiantes, además cuenta con diversos programas para apoyar a la investigación, docencia y difusión cultural.

La UNAM es una gran institución, además de la parte académica puedes tener acceso a museos, conciertos, obras de teatro, proyecciones cinematográficas y danza con una excelente calidad en su contenido y ejecución. Hay equipos deportivos profesionales con atletas de alto nivel y un campus de los más grandes y hermosos del mundo. He tenido el privilegio de formar parte de la comunidad universitaria y aún hoy sigo creando experiencias gratificantes tanto en el ámbito personal como en el académico. Siempre recordando que, como Químico egresado de la UNAM, mi deber es aportar lo que pueda a la sociedad para mejorar la calidad de vida de los mexicanos y contribuir al desarrollo científico y tecnológico del país.

Premio Fundación UNAM-CFE de Energía 2016

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