Texto y fotos:

Rosa Lizbeth Solano y Fernanda Hernández Cardeña

Brigadas y centros de acopio conforman el escenario posterior al sismo de 7.1, escala Richter, dentro de la colonia Roma; una de las zonas más afectadas. Las personas se han movilizado para ayudar conforme a sus aptitudes y posibilidades. Por eso, en Álvaro Obregón 118 se observa una fila de lectores solidarios con la librería A través del espejo.

“Es impresionante”, expresó Selva Hernández —dueña de la librería— ante los casi mil 200 asistentes que desde el lunes 25 han acudido al llamado de adquirir ejemplares con descuento para ayudar a reestructurar el lugar. El tiempo que tardarían las 82 mil obras perjudicadas en ser reacomodadas sería más largo que el de encontrarles un nuevo propietario. Por eso se tomó la decisión del remate.

“$10.00 por cada libro de la entrada, 60% en todos los libros que están en el piso, 30% en todo lo que quedó en su lugar” y "No tocar —cuide su vida— Librero suelto. Peligro." son algunas de las indicaciones esparcidas por el recinto.

La librería que se abarrotó tras el sismo
La librería que se abarrotó tras el sismo

Estanterías de madera cayeron como consecuencia del sismo.

A través del espejo

se inauguró en 1996 y ha dado servicio continuo desde entonces. Es una librería de viejo; de esas que comenzaron a ser una tradición en México por los años 20. La mamá de Selva, Silvia López Casilla, fue su fundadora; y tras su fallecimiento, hace tres años, la hija heredó el lugar. Se trata de una de las familias más importantes en el negocio.

Son sitios en los se puede comprar, vender e intercambiar infinidad de libros. Los hay desde novelas antiguas y actuales hasta textos académicos. Las oportunidades de encontrar un tesoro narrativo son muchas. Sin embargo, no fue hasta que el siniestro irrumpió y los descuentos anunciados por las redes sociales de A través del espejo se llenaron de likes y retuits que se dejó de vender lo habitual (tan sólo el 10% de su mercancía).

Fue a finales del siglo XIX cuando, dado al crecimiento urbano y las transformaciones tecnológicas, los entonces llamados “expendedores de libros” comenzaron a tener importancia en la capital del país. Éstos solían colocarse en mercados y calles; entre los que destacaba el mercado “El Volador”. Era una labor que brindaba posibilidades de ascenso económico y social.

El inicio de la tradición familiar

Aunque también es cierto que algunos vendedores cambiaban de artículos dependiendo de lo que tuvieran a su disposición, de una u otra forma, los llamados libreros han logrado vincular la industria editorial con los habitantes de todas clases sociales a lo largo del tiempo.

Desde sus orígenes, las librerías de viejo se han concentrado en la zona centro de la ciudad. A la fecha hay muchas en la calle Donceles, en las colonias Condesa-Roma y en la delegación Coyoacán.

La familia López Casillas inició vendiendo en el mercado de la Lagunilla en los años 30. Actualmente son ocho hermanos, Selva Hernández entre ellos, los que mantienen la tradición familiar con alrededor de 30 negocios concentrados en la Ciudad de México.

La increíble librería

, La oficina del libro , y A través del espejo son las tres librerías que Selva Hernández gestiona. Es egresada de la carrera de Diseño Gráfico de la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) y, a la par de su trabajo como librera, es directora de Ediciones Acapulco.

Desde pequeña, su vida ha girado en torno a los libros y es una enseñanza que espera transmitir a sus hijas; quienes acuden a la librería así como ella solía hacerlo en su infancia. La tradición continúa.

La librería que se abarrotó tras el sismo
La librería que se abarrotó tras el sismo

En los pasillos de la librería se hallaban pilas irregulares de libros como resultado de las estanterías caídas.

El mercado “El Volador” se ubicaba en lo que ahora es la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Era el sitio de mayor concurrencia en la época. El acervo ilustrado de EL UNIVERSAL retrata que en 1920 ese era uno de los puntos principales para los libreros.

Los libreros de antaño del centro de la capital

César Cicerón fue uno de ellos. En ese tiempo, Víctor Hugo, Alejandro Dumas y Manuel Acuña eran algunos de los autores más comprados. Obras internacionales y mexicanas estaban a la par en ventas y su éxito se relacionaba con el contexto socio-político del país.

La librería que se abarrotó tras el sismo
La librería que se abarrotó tras el sismo

Imagen extraída de la revista semanal EL UNIVERSAL ILUSTRADO. En la gráfica, de junio de 1920, se observan varias librerías de viejo ofreciendo sus ediciones a los transeúntes.

Por ejemplo, el escritor español Vicente Blasco Ibáñez dejó de venderse en estas librerías después de haber atacado a los gobernantes mexicanos en su texto “El militarismo mejicano”.

Con diez centavos o un tostón las personas compraban libros de cualquier índole, desde las novelas francesas de Paul de Kock y colombianas de José María Vargas Vila, hasta comedias como las de Quintero y poesía mexicana.

De acuerdo a un mapa realizado en diciembre de 2015 por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la actualidad hay un total de 90 librerías de segunda mano registradas a lo largo del territorio. Se distribuyen: cinco en Morelos; tres en el Estado de México; dos en Aguascalientes, Veracruz y Puebla; una en Guadalajara y Oaxaca y, finalmente, 74 en la Ciudad de México.

En cuanto a la capital, 28 se reparten en la colonia Centro y 14 en la Roma. Tanto el centro del país como el de la capital se han mantenido, con los años, como sedes de la tradición.

Durante décadas, este tipo de librerías se han esforzado por demostrar la misma idea que Selva Hernández compartió con EL UNIVERSAL: En México sí se lee y mucho.

“En México sí se lee y mucho”

La librería que se abarrotó tras el sismo
La librería que se abarrotó tras el sismo

La fila para entrar a la librería llegaba más allá de la cuadra.

La librería que se abarrotó tras el sismo
La librería que se abarrotó tras el sismo

Debido a la alta concurrencia de personas, los asistentes podían comprar máximo 15 libros.

La pasión por la lectura y el querer ayudar ante las repercusiones del sismo son los principales motivos por los cuales la fila para ingresar a A través del espejo ha sido de tres —o más— horas. Una vez dentro, las personas se inmiscuyen en una ardua búsqueda de 15 minutos para obtener un máximo de 15 libros debido a la alta demanda. “Felices juegos del hambre”, comentaron quienes estaban a punto de ingresar al establecimiento.

Algunos, con lista en mano, realizaron la espera con la ilusión de encontrar el título que habían estado buscando. Otros, por el contrario, no estuvieron de acuerdo con la dinámica. Incluso, hubo varios comentarios de quienes calificaron el suceso como una estrategia publicitaria y comercial de este local para aprovecharse de la tragedia.

En entrevista para EL UNIVERSAL en mayo de 2016, Juan Antonio López Casillas, tío de Selva, comentó que las librerías de viejo han dejado de ser un gran negocio y, por ende, algunas han llegado a cerrarse.

Si bien en estos últimos días los mexicanos han demostrado que la solidaridad viene empaquetada en distintas presentaciones que van desde brigadas para mover escombros hasta en segundas oportunidades para los libros que por el sismo quedaron sin hogar —algunos de ellos como donaciones—, es cierto que muchos de estos no corren con la misma suerte.

Antes de que el éxito llegara a A través del espejo , su dueña se vio en la necesidad de llevar múltiples pilas al reciclaje. “La librería ya estaba muy poblada, tenemos 120 mil ejemplares y era imposible reconstruirla con todo caído dentro”, mencionó la egresada de la ahora Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNAM.

Tan sólo en Monterrey se registró el cierre de 40 librerías en el periodo de 1995-2015. Entre ellas se encontraban Librería Cosmos, Alfonso Castillo e incluso la Librería Universitaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Si esto ocurre con establecimientos de tal talla, ¿qué le depara entonces a las de viejo? No hay cifras al respecto.

El objetivo de la librería fue el de sacar 60 mil libros de sus estantes para reestructurarla y hacer una remodelación del lugar. El remate se mantuvo durante la semana posterior al sismo pese a las críticas que recibieron. La afluencia de gente fue mayor conforme pasaron los días.

“Gracias por venir a ver libros y comprarlos.”—concluyó conmovida la heredera de una gran tradición ante los compradores/lectores.

La librería que se abarrotó tras el sismo
La librería que se abarrotó tras el sismo

La librería “A través del espejo” se ubica en la colonia Roma Norte, Álvaro Obregón 118.

Fuentes:

Entrevistas con Selva Hernández, dueña de la librería A través del espejo, y asistentes. "Librerías de viejo. Sus incunables y sus desechos." EL UNIVERSAL: Notimex. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/cultura/letras/2016/05/24/librerias-de-viejo-sus-incunables-y-sus-desechos Rivera Mir, Sebastián El expendio de libros de viejo en la ciudad de México (1886-1930). En busca de un lugar entre pájaros, fierros y armas Información, cultura y sociedad. Revista del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas, núm. 36, 2017 Universidad de Buenos Aires, Argentina. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=263051103004 EL UNIVERSAL ILUSTRADO Julio de 1920. Aguilar Sosa, Yanet. “Crean mapa para perderte en las librerías de viejo”. EL UNIVERSAL: Cultura. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/cultura/letras/2016/05/26/crean-mapa-para-perderte-en-las-librerias-de-viejo Mapa de las librerías viejas en el país. http://libreriasdeviejomexico.org/#16/19.4067/-99.1574

Carrizales, David “En Monterrey han cerrado 40 librerías en dos décadas” EL UNIVERSAL: Cultura. Disponible en: http://archivo.eluniversal.com.mx/cultura/2015/impreso/en-monterrey-han-cerrado-40-librerias-en-dos-decadas-76384.html

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