Pese a que Norteamérica no es a escala mundial, a diferencia de China, se espera que la fabricación de estos vehículos llegue a 2 millones de unidades en 2024, en Estados Unidos, México y Canadá, según estimaciones de la Industria Nacional de Autopartes (INA)

Sin embargo, hacia 2029 esa producción crecerá más del doble, para ubicarse en 5 millones de unidades, lo que representa oportunidades para la cadena industrial.

La previsión de la INA es que 50% de los automóviles que se fabriquen en Norteamérica serán eléctricos entre 2035 y 2040.

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Fuentes: INA e Inegi
Fuentes: INA e Inegi

Esto representa un reto para los fabricantes de componentes automotrices en México, quienes pueden convertirse en proveedores de las plantas dedicadas al ensamble de autos eléctricos.

Armando Cortés, director general de la INA, dijo que la industria de autopartes es exportadora y el incremento de la producción está ligado a la demanda de su principal mercado, Estados Unidos.

“Estamos enfocados en eso y en la medida en que crezca la demanda en Estados Unidos y a partir de políticas en nuestros principales mercados de exportación, a nosotros nos conviene, porque somos exportadores”, dijo en entrevista.

“En la parte interna hay muchos retos, como la infraestructura, y no debemos olvidar que se trata de transporte público y privado. Cuando hablamos de vehículos eléctricos pensamos sólo en los privados, pero tenemos que empezar a ver soluciones más completas en materia de movilidad”.

Adaptación, clave

Los fabricantes de autopartes se tendrán que adaptar a fabricar la mitad de sus componentes para vehículos de combustión interna, y la otra para autos eléctricos.

“Digamos que va a ser el mismo número de ventas, pero una combinación diferente. En lugar de vender 100% de autopartes para combustión interna, lo que cambiará es la composición”, agregó.

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Actualmente, en Estados Unidos hay 32 plantas que fabrican vehículos eléctricos tipo y en Canadá hay tres. En México, hay 11 empresas fabricando autos eléctricos o en proceso de iniciar, como Tesla.

“La principal ventaja es que contamos con una cadena de valor, desde la fabricación de partes y componentes automotrices, hasta la fabricación de vehículos terminados con estándares de calidad, eficiencia y competitividad comprobados, como lo demuestra el que nuestro país ocupa el séptimo lugar entre los principales fabricantes de vehículos en el mundo”, dijo José Zozaya, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.

“Adicionalmente, la red de tratados comerciales nos ha llevado a colocarnos como el quinto país exportador de vehículos”, agregó.

Mano de obra

Para la INA, es probable que conforme se fabriquen más componentes para autos eléctricos, pero que también haya más demanda de expertos en sistemas de administración de baterías, optimización del tren motriz, química de baterías, arneses eléctricos y sistemas de seguridad pues los vehículos eléctricos comparten muchos componentes básicos en autos tradicionales, pero tienen componentes únicos, como batería de iones de litio y el motor eléctrico.

“Ya hay empresas que están tomando la vanguardia en distintos materiales como el aluminio y pasan de hacer componentes del motor de combustión interna a lo que requiere el vehículo eléctrico, como charolas para baterías”, explicó Francisco González, presidente ejecutivo de la INA, en un estudio sobre autopartes para eléctricos.

“Estos productos requieren de un tipo de elaboración más delicada y precisa. También se procesan materiales como el carbón y el grafeno, y hay mucha inversión en investigación tecnológica para mejorar la conectividad del vehículo”.

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Otro ejemplo son las empresas que producen fluidos que se usan en vehículos de combustión interna, quienes tienen materiales que ayudan a resolver el tema de las altas temperaturas que se generan en las baterías eléctricas, detalló.

También se debe considerar que para las armadoras puede ser complicado tener simultáneamente líneas de producción de vehículos de combustión interna y eléctricos, y las empresas podrían migrar a países donde se consumen más vehículos sin temor al costo de la mano de obra, porque sus plantas son altamente robotizadas.

Ante ello, la INA sugiere conformar un entorno de negocios amigable para retener a las armadoras y fomentar en las escuelas técnicas y universidades la formación del talento que requieren estas nuevas tecnologías.

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