En días previos la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) publicó su Informe mensual sobre el comportamiento de la economía correspondiente a marzo de 2018. En capítulo sobre los salarios mínimos presenta algunos hechos relevantes para comprender la composición de los mercados laborales en México y en particular el ámbito del trabajo asalariado.

Por ejemplo, señala que en cuarto trimestre de 2017 del millón 589 mil 809 trabajadores de salario mínimo, 56.9% trabaja entre 40 y 48 horas a la semana. Como otros datos presentados por la Conasami utiliza entre otras fuentes la Encuesta de Ocupación y Empleo (ENOE) elaborada por Inegi.

En la ENOE se informa que para el cuarto trimestre de 2017 el 46.3% de los ocupados labora de 35 a 48 horas. Si se considera la composición de ingresos de la población ocupada documentada en la ENOE hay un número importante de asalariados y de ocupados que gana de uno hasta cinco salarios mínimos y trabaja de 35 a 48 horas a la semana. En el cuarto trimestre de 2017 hay alrededor de 24.47 millones de ocupados que laboran entre 35 y 48 horas a la semana. Además 14.7 millones trabaja más de 48 horas. Los que ganan más de cinco salarios mínimos son 2 millones 429 mil personas. Aun sumando el total de los que no declaran su ingreso es una notable minoría que indica que gran parte de la población tiene ingresos de entre uno y cinco salarios mínimos laborando jornadas completas e incluso algunas superiores a lo establecido en la legislación laboral del país.

Un dato adicional que pone de manifiesto el fuerte deterioro en las condiciones de vida de gran parte de la población y sin duda informa sobre el crecimiento de la concentración del ingreso es la reducción relativa, pero también absoluta de los ocupados que ganan más de cinco salarios mínimos en el total de la población ocupada. En el cuarto trimestre de 2005 representan 11% de los ocupados. Para el cuarto trimestre de 2017 son 4.6% de los ocupados. En 2005 son 4.7 millones de ocupados y en 2017, como lo destaco líneas antes, son menos de dos y medio millones de personas.

Un segundo dato que debe subrayarse del informe de la Conasami es que una parte importante de este grupo de asalariados tiene un trabajo formal. Nuevamente se trata de una característica presente en asalariados con ingresos de uno a cinco salarios mínimos. También es importante el número de jefes de familia que perciben hasta un salario mínimo. En suma el salario mínimo es por sí mismo un componente relevante del mundo del trabajo que incluso es mayor al final de 2017 que en el mismo trimestre de 2005. En 2017 también es mayor el número de ocupados que gana entre uno y dos salarios mínimos. En 2017 son más 14 millones de ocupados. Al agregar los ocupados entre dos y tres salarios mínimos se hace manifiesto lo urgente de considerar una modificación en la composición de los ingresos de gran parte de la población.

Una estructura salarial con estas características es propia de una economía en la que predominan pequeños negocios y los definidos como micronegocios que operan con pobres elementos técnicos y bajos niveles de productividad.

Gran parte de los asalariados de tiempo completo de un salario mínimo trabaja en micronegocios de uno a cinco ocupados. Sin embargo, la ocupación en micronegocios es la más importante en el país, con 40.7% del total. Si se suman los pequeños establecimientos explican más de 54% de la ocupación, como en el año 2005.

Es un terreno en el que no se observan cambios y explican la multiplicación de actividades informales y dan contenido parcial a la notable informalidad laboral que es un rasgo de la economía del país.

Para plantearse un crecimiento de la economía del orden de 5% es imprescindible modificar la situación que prevalece en el mundo de la ocupación, tanto por lo que corresponde al nivel de ingresos, como a la duración de la jornada laboral.

El tema debe ser parte integral de la política económica y de los objetivos con los que opera el banco central y la administración federal. Ello es necesario para avanzar en el desarrollo económico y social.

Departamento de Economía, Universidad
Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
E-mail: vidal.gregorio@gmail.com

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