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Washington.— El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, prometió que su país no va a ceder en sus peticiones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), especialmente en el Capítulo 19, relativo a resolución de disputas, para “asegurar que las reglas se siguen” y porque Estados Unidos tiene un presidente “que no siempre sigue las normas”.

Mientras el mandatario canadiense hacía las declaraciones desde su país, casi simultáneamente el equipo negociador del TLCAN de Canadá retomó en Washington las pláticas con Estados Unidos.

La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, a la salida de la primera reunión del día con el jefe negociador de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo: “Obviamente, estoy de acuerdo con el primer ministro en público siempre, y en privado 99.99% del tiempo. Y creo que esos comentarios... hizo comentarios muy importantes”, se limitó a señalar.

“Lo importante es que continuamos hablando, que el ambiente sigue siendo positivo, que sigue habiendo buena fe y buena voluntad en todos los bandos, y ese es el caso”, aseguró la ministra. Trudeau, por el momento, no tiene intención de viajar a Washington para unirse a las negociaciones.

Freeland se mantuvo firme en no revelar detalles de la negociación.

“Las posiciones negociadoras canadienses son muy conocidas… y estamos aquí para conseguir un buen acuerdo, no cualquier acuerdo. Creemos que es absolutamente posible y vamos a mantenernos por el interés nacional y por la identidad nacional”, resumió.

Canadá se ha mostrado muy contundente en asegurar que no cederá, especialmente en lo referente al citado Capítulo 19 de solución de controversias para subsidios y dumping, o al tema de propiedad intelectual y exención cultural, que son líneas rojas para Ottawa. Reportes aseguran que estarían dispuestos a abrir su mercado lácteo para mantener el sistema de resolución de disputas.

Desde Canadá se sigue insistiendo en que no hay prisa para llegar a un “buen acuerdo”, objetivo único de su delegación. Tras la reunión vespertina de ayer, de casi tres horas, Freeland recuperó una metáfora que usó la pasada primavera para poner imagen a las negociaciones: el TLCAN es un parto en el que cada avance o contracción es uno menos hacia el desenlace final.

Sin embargo, el tiempo apremia, especialmente después de que el viernes pasado el presidente Donald Trump, enviara al Congreso de EU la notificación de renegociación finalizada con México, a fin de que se pueda firmar antes del 1 de diciembre. Trump se mostró convencido que las negociaciones con Canadá pueden dar fruto pronto.

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