El uno por ciento más rico de la población mundial acaparó el 82 por ciento de la riqueza generada el año pasado, mientras que la mitad más pobre no se benefició en lo absoluto de los nuevos recursos generados, de acuerdo con un informe del grupo civil Oxfam .

Publicado este lunes en coincidencia con el inicio del Foro Económico Mundial en Davos que reúne a las élites políticas y empresariales, Oxfam precisó que el 50 por ciento más pobre, o tres mil 700 millones de personas, no se benefició en lo más mínimo del crecimiento de la riqueza en 2017.

Titulado “Premiar el trabajo, no la riqueza”, el informe muestra cómo la economía mundial posibilita que los más ricos sigan acumulando vastas fortunas, mientras que cientos de millones de personas luchan cada día para sobrevivir con salarios de pobreza.

Desde el año 2010, la riqueza de esta élite económica ha crecido en un promedio de 13 por ciento cada año o seis veces más rápido que los salarios de las personas trabajadoras, que apenas han aumentado un promedio anual del dos por ciento.

Entre marzo de 2016 y marzo de 2017 se produjo el mayor aumento de la historia en el número de personas cuyas fortunas superan los mil millones de dólares, con un nuevo multimillonario cada dos días.

Respecto de América Latina y el Caribe, el estudio destacó que el 10 por ciento más rico de la población de la región concentra el 68 por ciento de la riqueza total, mientras el 50 por ciento más pobre solo accede al 3.5 por ciento de la riqueza total.

La riqueza de los multimillonarios latinoamericanos, o aquellos con fortunas mayores a los mil millones de dólares, creció en 155 mil millones de dólares el último año, una cantidad que sería suficiente para acabar casi dos veces con toda la pobreza monetaria por un año en la región.

En América Latina y el Caribe, el 16 por ciento de los trabajadores asalariados y el 28 por ciento de los trabajadores por cuenta propia se encuentran en situación de pobreza.

El reporte no detalla información sobre países, aunque incluyó algunos resultados de encuestas que condujo en algunas naciones, incluida México, donde 93 por ciento de los consultados considera que “la brecha entre ricos y pobres debe abordarse de manera urgente o muy urgente”.

Apuntó además que el empresario Carlos Slim, que ha mantenido un control casi absoluto del mercado de las telecomunicaciones en México y que ostenta una fortuna mayor a los 54 mil millones de dólares, es un ejemplo de la desigualdad en el mundo.

“La riqueza neta de Carlos Slim a umentó en cuatro mil 500 millones de dólares entre 2016 y 2017. Esta cantidad sería suficiente para pagar el salario mínimo de todo un año de 3.5 millones de trabajadoras y trabajadores mexicanos”, de acuerdo con el documento.

Oxfam señaló que, en general, entre los principales motivos por los que las ganancias de accionistas y altos directivos se incrementan, a expensas de las condiciones laborales y salarios de los trabajadores y trabajadoras, destaca la erosión de los derechos de las personas trabajadoras.

Asimismo, resaltó la excesiva influencia de las grandes empresas en la formulación de políticas públicas y el apremio constante de las empresas por minimizar los costos para, así, maximizar los beneficios de los accionistas.

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, consideró que la multiplicación en el número de multimillonarios no es signo de una economía próspera, sino un síntoma del fracaso del sistema económico.

“Se explota a las personas que fabrican nuestras ropas, ensamblan nuestros teléfonos y cultivan los alimentos que consumimos para garantizar un suministro constante de productos baratos, así como engrosar los beneficios de las empresas y sus adinerados inversionistas”, afirmó Byanyima.

El informe subrayó que las mujeres trabajadoras son quienes regularmente se encuentran en la base de esta pirámide económica.

En todo el mundo, las mujeres ganan menos que los hombres y están sobrerrepresentadas en los empleos peor remunerados y más precarios. De igual forma, nueve de cada 10 multimillonarios son hombres.

El documento añadió que investigaciones previas de Oxfam han revelado la dimensión de la explotación de mujeres, como aquellas que trabajan en la industria avícola de Estados Unidos, la mayoría migrantes, obligadas a llevar pañales porque no tienen descansos para ir al baño.

Oxfam propuso a gobiernos una serie de propuestas para que las economías funcionen para todos y no para unos cuantos, como limitar los dividendos de los accionistas y altos directivos; así como garantizar que todos los trabajadores y trabajadoras reciben un salario digno.

El grupo civil llamó además a acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres; y a garantizar que los más ricos paguen los impuestos que les corresponden aplicando impuestos más elevados y combatiendo la evasión fiscal.

“Es difícil encontrar un líder político o un líder empresarial que no exprese públicamente su preocupación por la desigualdad. Resulta aún más difícil encontrar alguno que haga algo al respecto. Es más, muchos están tomando de forma activa medidas que empeoran la situación”, lamentó Byanyima.

tcm

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