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La reforma fiscal de Estados Unidos (EU) servirá de premio y castigo para las empresas estadounidenses, y marcará el rumbo que tome la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), afirmó el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic), José Luis de la Cruz.

Explicó que la reforma estadounidense incluye tanto incentivos para las empresas como castigos.

Se trata de que si invierten en Estados Unidos habrá premios como disminución de la tasa impositiva, pero si se invierten fuera de dicho territorio deberán pagar más.

Por ejemplo, por una parte se propone disminuir la tasa de impuestos a los corporativos de 35% a 20%, habrá deducibilidad de la inversión productiva en un plazo de cinco años.

Para las que no realicen repatriación de utilidades habrá un gravamen de 12%.

De la Cruz aseguró que la reforma fiscal está ligada a castigos e incentivos para la manufactura, con lo que se limitarían las importaciones de bienes industriales.

Esto refleja que para el presidente estadounidense, Donald Trump, lo importante es presionar para que regrese la manufactura a su país y por eso propuso a sus socios del TLCAN, Canadá y México aumentar el contenido regional de los automóviles que se arman en Norteamérica, de 62.5% a 85% y que de ese porcentaje 50% sea estadounidense.

Además de que en el fondo lo que quiere es un esquema legal más propicio para la economía de Estados Unidos, y no le interesa tanto el tema de que se acabe el TLCAN al quinto año de vigencia, es decir, la cláusula sunset, sino que la idea del mandatario está ligado a reconstruir cadenas de valor.

Así que la pregunta que debe surgir es qué tanto la reforma fiscal es un mecanismo para que cedan las empresas las presiones para que no se modifique el tratado y regresen sus inversiones a territorio estadounidense, porque se les daría el beneficio de la deducibilidad a la inversión productiva.

Además de que se debe considerar que las grandes firmas transnacionales como las automotrices o empresas del sector eléctrico y electrónico son las que más exportan de México a Estados Unidos. Y sería a esos corporativos a los que con la reforma fiscal se les ofrecería la deducibilidad de 100% de las inversiones, incentivos como la disminución del Impuesto Sobre la Renta, entre otros cambios que se plantearon.

De la Cruz expuso que es muy probable que se apruebe la reforma fiscal que propuso Trump al Congreso estadounidense. Recordó que se aprobó por la Cámara de Representantes y está en comités del Senado, por lo que “tiene todos los visos de que va a pasar. Y va a generar incentivos y castigos para llevar inversiones a Estados Unidos”, concluyó.

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