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Ni crisis de fin de sexenio ni de deuda se heredará a la siguiente administración, afirma el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio González Anaya.

En entrevista con EL UNIVERSAL, asegura que al igual que en los tres cambios de gobierno anteriores, se dejará una economía en crecimiento, finanzas públicas sanas y una deuda pública manejable con una trayectoria descendiente respecto al tamaño de la economía.

Por esa razón, las calificadoras de valores no están preocupadas por México, explica.

En sus oficinas de Palacio Nacional, destaca que dada la fortaleza de la economía, la volatilidad en los mercados que se observó en el periodo electoral fue menor a la que se esperaba y que ahora se está trabajando para sacar adelante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

“Ya se resolvió la elección, estamos en el trabajo del TLCAN, entramos a 2018 con una economía sólida, fuerte y en la cual estamos creciendo”, expresa. Afirma que el desarrollo de la economía ha sido favorable pese a los vientos en contra, con un promedio de 2.7%, por arriba de Chile, Argentina, Colombia y Brasil.

Lo anterior, gracias a un fundamento sólido de finanzas públicas, política monetaria y, por supuesto, a la agenda de políticas estructurales.

Para hablar del tema de la deuda, considera que se debe poner en su justa dimensión.

“No quiero ni minimizarlo, pero tampoco quiero que se salga fuera de esta dimensión”, pondera.

Con dos datos a la mano explica. Se ha mencionado que tenemos un nivel histórico, pero en 1982 la deuda era de 65% del PIB y en 1987 llegó a estar hasta cerca de 90% del PIB; la mayor parte era extranjera y la madurez de la deuda era bien corta.

“Hoy anticipamos cerrar el año con una deuda de cerca de 45% del PIB, lo que se ha comentado es que arrancó el sexenio con un poco más de 37% del PIB, entonces sí se ha incrementado la deuda, pero tenemos que verla con más cuidado”, comenta.

Si cierra en ese nivel será un aumento de ocho puntos en el sexenio, de los cuales 4.5 puntos se deben al efecto del tipo de cambio; 1.5 a que se transparentó la deuda de pensiones de CFE y Pemex, pero no fue un aumento, y dos puntos del PIB por inversión, que es lo que marca la ley, el déficit financiero, el déficit del gobierno a incrementos que se tienen que hacer sólo para inversión.

Matiza que el nivel de deuda de México comparado con otros países es relativamente bajo, puesto que en Estados Unidos es de 100%, en Japón de 200% del PIB y el promedio del G20 cerca de 80% del PIB. Lo importante, considera, es que la trayectoria como porcentaje del PIB va descendiendo gracias al proceso de consolidación fiscal y por eso las calificadoras no están nerviosas hoy.

En ese sentido, entonces en este cambio de gobierno, ¿no habrá crisis de fin de sexenio ni la deuda será un dolor de cabeza?

—El país ha madurado en muchísimos sentidos, también tenemos mucho por hacer, pero uno de los sentidos es: no hubo crisis en 2000, no hubo crisis en 2006, no hubo crisis en 2012.

La reunión

Ya son tres cambios de gobierno que no se da ni crisis de sexenio ni de deuda y para ellos seguirán trabajando hasta el último minuto de la actual administración, afirma.

Comenta que él, y funcionarios de la Secretaría de Hacienda, como los subsecretarios, el jefe del Servicio de Administración Tributaria, el Procurador Fiscal, la economista en jefe y el titular de la Unidad de Crédito Público se reunieron con el equipo de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Del lado del futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, asistieron los que se han anunciado que serán subsecretarios.

“Tendremos reuniones conforme se vayan necesitando, pero sí quedamos en vernos y vamos a seguir trabajando de aquí hasta el 30 de noviembre”, refiere.

Consejo

Con la experiencia que tiene José Antonio González Anaya en haber  participado en dos transiciones de gobierno y en la elaboración de paquetes económicos, le preguntamos si le va a dar algún consejo a su sucesor:

“Sólo si me lo pide; depende de cuál me pida. Yo lo he dicho muchas veces, llevo 15 años opinando defendiendo y empujando política económica en este país. A mí pregúntenme de lo que he hecho y lo que voy hacer de aquí al 30 de noviembre.

“La relación es muy buena, es un buen economista [Carlos Urzúa], así que tenemos buen entendimiento”, afirma. Comenta que la primera reunión entre él y Urzúa fue informal y la segunda de trabajo.

¿Ellos vinieron a aquí [Palacio Nacional]?

—En este caso sí.

¿Quién buscó a quién?

—Aquí nos reunimos, eso es lo de menos, las circunstancias nos juntaron.

¿Sólo hablaron de números?

—Es correcto, así somos en Hacienda, siempre trabajamos, hablamos de números y de las políticas que tienen qué hacer; hablamos del paquete económico.

Afirma que hay tiempo suficiente para trabajar y elaborar el paquete económico de 2019 junto con el equipo de transición.

De su trabajo considera que todavía faltan tres meses como para hacer un balance al frente de la dependencia, pero le gustaría que fuera recordado como alguien que trabajó muy duro para que todo saliera muy bien.

De los dos momentos más importantes que le tocaron vivir en Hacienda dice: “La entrada y la salida; el primero ya lo viví y el segundo lo voy a vivir, y espero que los dos sean… que la salida sea tan buena como la entrada”.  Para destacar la importancia del cargo que representa, relata lo que dice la historia en Hacienda: “Venir a ver al secretario de Hacienda siempre da algo de miedo, pero venir a la oficina de Hacienda y encontrarla vacía da pánico”.

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