Mientras que en Estados Unidos se incrementó la demanda de vivienda en los últimos dos años, pero con poca oferta, de modo que el precio promedio de las viviendas ronda los 6 millones de dólares; en México, la situación es diferente.

“En Estados Unidos se habla de una baja en la oferta de vivienda con todo y los estímulos económicos, y [de] un fuerte incremento de la demanda por el alza en los precios.

“Y ahora, con la inflación de los costos de los materiales, el valor de las viviendas es de 6 millones de dólares.

“Todos los que ya eran dueños de una vivienda han visto un incremento importante de su riqueza, pero para los primeros compradores se convirtió en un bien más caro y escaso, por lo que ya se habla de una burbuja”, dijo Enrique Margain, coordinador del Comité Hipotecario de la Asociación de Bancos de México (ABM), en el foro sobre el Día de la Construcción.

Por el contrario, en México se sigue construyendo vivienda, los bancos continúan activos en el financiamiento a la construcción, de manera que el crédito puente para los constructores estuvo arriba de los 100 mil millones de pesos entre enero y marzo pasado.

“Los desarrolladores siguen moviéndose a vivienda de mayor valor; sin embargo, se continúa manteniendo el crédito para que los compradores no se desperfilen, manteniendo los porcentajes de endeudamiento y continuando con los bajos enganches, los pagos reducidos y el seguro de vida y desempleo”, mencionó Margain.

El directivo indicó que, en 2021, el índice de morosidad de los créditos hipotecarios se ubicó en 3.15%.

A pesar de que la disrupción mundial en las cadenas de proveeduría ha ocasionado incrementos en los materiales para la construcción, las tasas de interés para los créditos hipotecarios siguen por debajo de 9%, con datos a enero pasado.

Por su parte, Gregorio Sánchez, director corporativo de Negocios de Banco Inmobiliario Mexicano (BIM), comentó que hay un dinamismo importante en cuanto a construcción y venta de vivienda en algunas zonas del país, como la franja fronteriza, el Bajío y la península yucateca.

No obstante, a los desarrolladores les preocupa, más que la inflación de los insumos para la construcción, “la inflación para el adquiriente final”.

“Para los que se apalancan, el aumento a las tasas de referencia, y el tema de la mano de obra. En estados industrializados hay escasez y se presenta una competencia férrea con la industria y la maquila.

“Algunos desarrolladores llevan gente del sur a otros estados y hacen campamentos”, dijo.

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