La crisis que se generó este año en la logística por la falta de contenedores, retrasos en la salida de barcos cargueros por medidas sanitarias y el aumento de las tarifas marítimas seguirá afectando las c y, según organismos internacionales, puede seguir afectando en 2022 e incluso en 2023.

El promedio de precios de un flete a escala mundial en 2019 fue de mil 457 dólares por unidad equivalente a 40 pies, tarifa que en 2020 sobrepasó 2 mil dólares, y en octubre pasado llegó a 10 mil 361 dólares, mostró el estudio Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El problema es que “desde la irrupción de la pandemia, las cadenas de suministro han sufrido disrupciones, como congestiones en las terminales portuarias, falta de contenedores para la carga de mercaderías, escasez de bodegas marítimas y fluviales, y cortes de aprovisionamiento desde las fuentes habituales”, dijo el organismo internacional.

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Lo anterior inquieta a la industria mexicana por el impacto que la problemática de la cadena de suministro tiene en aumentos de costos de producción, al frenar las cadenas de proveeduría de una diversidad de productos.

Así, la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) afirmó que ya hay un impacto en los precios al productor, lo que repercute al consumidor final.

A su vez, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) afirmó que por la crisis se interrumpe la producción, además que suben los precios de traslado de los insumos. Sin embargo, de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), es incierta la duración de esta crisis y, entre más se extienda, los efectos sobre la inflación serán mayores.

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El organismo aseguró que hay incertidumbre sobre lo que ocurrirá en 2022, pero si esta situación se prolonga hasta 2023, se traducirá en un incremento mundial de precios al consumidor de 1.5%.

La mayor afectación la tendrán las economías más pequeñas que dependen de importaciones, mostró el Informe sobre el Transporte Marítimo de la UNCTAD.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estimó que en un escenario medio será hasta 2023 cuando se estabilice el movimiento de barcos, mientras que en 2022 podría frenarse el incremento de costos de movimiento de contenedores.

Mientras tanto, la Organización Mundial del Comercio (OMC) consideró que el aumento “dramático” en el movimiento de contenedores de carga mete presión a los tiempos de entrega de manufacturas y de bienes finales, sobre todo porque los inventarios se están agotando.

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