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Una ley federal de adquisiciones evitará que se favorezca a proveedores o amigos a escala local, aseguró Alejandra Palacios, presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).

“Es decir, un marco federal para que ningún estado tenga la facultad de modificar sus leyes y proteger a algunos proveedores locales o a algunos amigos”, dijo Palacios durante la ceremonia por los 25 años de la autoridad de competencia en México.

La presidenta de la Cofece ejemplificó que en el caso de Tabasco, la ley favorece las adjudicaciones directas en las grandes licitaciones.

“La adjudicación directa hace que la autoridad, discrecionalmente, pueda decir a quién le vende y esa persona a quién le vende; como no tiene competencia puede inflar los precios a costa del erario”, explicó.

Calificó la modificación de la ley en Tabasco como preocupante, pues en las grandes licitaciones es cuando se requiere más competencia.

Del proceso licitatorio de la nueva refinería a construirse en Tabasco, Palacios explicó que depende de quién sea el encargado de la refinería.

“Si Pemex hace la refinería, la decisión de Pemex no está en función de esa ley de adquisiciones, sino de las políticas de compra que tiene la empresa productiva del Estado”.

En caso de que Pemex financie la obra, el proceso pasará por el Consejo de Administración de Pemex y se basará en sus propias políticas de adquisiciones, detalló. Dijo que el Estado podría construir infraestructura alterna a la refinería y esa sí se haría con la nueva regulación que se plantea.

Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dijo que la legislación en Tabasco manda una señal de cerrar número de participantes en venta de productos y servicios al Estado.

“Al cerrarlos los va a encarecer, el gasto no va a ser eficiente, nos parece que al contrario, tendría que abrirse para que hubiera más participación y que esto ayude a que pequeñas empresas participen en la proveeduría de gobierno y genera empleos y movimiento económico”, destacó.

Mexicanos pagan 98% por bienes básicos. Alejandra Palacios adelantó que un estudio reveló que las familias mexicanas pagan 98.2% más al quedar cautivas del poder de mercado de empresas que venden bienes esenciales como tortilla, pan, pollo y huevo, carne de res, frutas, verduras, lácteos, transporte y medicinas.

“De no existir este poder de mercado, las familias observarían un aumento automático de 15% en la capacidad adquisitiva de sus salarios”.

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