Los mexicanos recurren a la ampliación o mejoramiento de vivienda existente ante el déficit de vivienda popular, aquella con valor entre 505 mil y 850 mil pesos.

El año pasado, de enero a septiembre, la venta de vivienda popular totalizó 106 mil 100 casas, una disminución de 11.5%, respecto al mismo periodo de 2020, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).

En tanto, el mejoramiento se presentó en mil 800 casas, las cuales representan 1.7% del total de viviendas populares vendidas en el periodo referido.

Jorge Paredes, presidente de la inmobiliaria Realty World México, comentó que desde 2015, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, empezó la caída en la colocación de vivienda popular porque se eliminaron los subsidios para adquirir estas casas entre los estratos económicos más bajos.

“Ahora lo que está haciendo la gran mayoría de la población es pedir créditos para mejoramiento de sus viviendas actuales. Puede ser para una ampliación porque la vivienda que se generó hace algunos años era más chica, eran prácticamente pie de casa, y con los mejoramientos pueden ampliarlas para construir más recámaras o cuartos”, explicó.

Además, después de dos años de pandemia, el precio de la tierra se ha incrementado, así como el de los principales insumos para la construcción de vivienda nueva.

“Sí hay oferta de producto, pero en ese segmento de ingresos no hay gente que esté dispuesta a adquirirlo. El subsidio ayudaba a que la gente comprara vivienda popular y ahora los desarrolladores batallan para colocar esa vivienda”, agregó Paredes.

Hasta septiembre del año pasado, prácticamente en todos los estados cayó la colocación de vivienda popular, con excepción de Chihuahua, donde aumentó 9.3%; en Sonora 3.8%, en Yucatán 9%, en Tabasco 12.5%, en Tlaxcala 4.3% y en Campeche 5%.

Mientras tanto, la comercialización de casas populares disminuyó 38.5% en Quintana Roo, 29% en Nayarit y 27% en Baja California.

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