El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) afirmó que presionar al sector agroalimentario para que bajen precios de productos pone en riesgo la oferta y no logrará el objetivo, pues debe considerarse toda la cadena de suministro.

El organismo señaló que tanto la Secretaría de Economía como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) deberían revisar las presiones que enfrenta toda la cadena, desde la producción hasta la comercialización, para alcanzar los objetivos del Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) que puso en marcha el gobierno a principios de mayo.

Se debe revisar toda la cadena, “desde proveedores de insumos y servicios, producción primaria, agroindustrial, logística, distribución y comercialización, para identificar áreas donde se puedan crear eficiencias en costos y así ofrecer alimentos a precios más accesibles”, dijo el organismo a través de un comunicado.

El presidente el CNA, Juan Cortina Gallardo, expresó que “mantener la presión únicamente sobre el sector agroalimentario pone en riesgo la oferta, lo que llevaría a un mayor incremento en los precios y un problema de inseguridad alimentaria y desabasto en todo el país”.

Además, agregó, “la inflación que está sufriendo el país es importada: el cambio climático (sequía y malas cosechas), la situación geopolítica actual (guerra en Ucrania) y la pandemia son algunos de los factores que están afectando los precios en el mundo”.

Las declaraciones se dan luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que se alcanzó un acuerdo con empresarios, distribuidores y productores para no subir precios de 24 alimentos de la canasta básica.

Aclaró que el acuerdo no será un control de precios y será el próximo 3 de octubre, en su conferencia de prensa, cuando se informen detalles de la nueva versión del plan antiinflacionario.

De acuerdo con un análisis de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), el precio de un alimento puede cuadruplicarse desde que sale de la granja hasta que se vende al consumidor, por lo que se debe considerar que hay diversos factores que inciden en los precios de los alimentos.

Por ejemplo, el lomo de cerdo que se vende a 123.93 pesos por kilo al consumidor, inicia en las granjas con un precio del cerdo en pie de 45.38 pesos por kilo.

El pollo vivo se vende en 34.10 pesos por kilo, mientras que la pechuga de pollo se ofrece al consumidor en 112 pesos por kilo. Otro ejemplo es el kilo de huevo, que el productor de granja vende en 32 pesos, pero al consumidor se le cobra hasta en 54 pesos.

El análisis de GCMA detalla que son siete los factores que deben considerarse para determinar las causas que ocasionan un encarecimiento, como impactos climáticos y de temporalidad, precios de commodities en el mercado internacional, costos de materias primas y costos de insumos para la producción primaria, entre los que están agroquímicos, fertilizantes, semillas, maquinaria y energéticos, entre otros.

Completan la lista los costos logísticos —fletes, almacenaje, empaque y embalaje—, así como temas de inseguridad y los márgenes de intermediación.

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