Si tuvo éxito el operativo de la Armada de México en contra del Cártel de Tláhuac,  fue porque no avisaron a ninguna autoridad de la Ciudad de México y de este modo no se pudo filtrar la información hacia dentro de este grupo delictivo, lo cual les hubiera alertado y les hubiese permitido escapar.

La información que ha salido a la luz pública en los medios de comunicación de cómo familiares de “El Ojos” ocupan cargos en la delegación Tláhuac, nos refleja una realidad. Compromisos que existen entre autoridades y delincuentes.

Se ha publicado en diversos medios la hipótesis de que “El Ojos” pudiera haber aportado apoyo económico a la campaña del hoy delegado de esa demarcación, Rigoberto Salgado y por ello hubiese el compromiso de otorgar a su benefactor cargos en la infraestructura gubernamental para que coloque a su gente.

Seguramente no es el salario que devengan los familiares y protegidos que ocupan esos cargos lo que importa, sino la impunidad que permite al grupo delictivo a partir de la capacidad de operar dentro de ese sistema municipal, que es la delegación Tláhuac. Incluso, trascendió entre los medios de comunicación que entre la información obtenida en documentos recolectados en el predio donde estaba refugiado “El Ojos”, se descubrieron listados que describían los pagos que esta organización delictiva efectuaba a funcionarios de la Procuraduría de la CDMX y en la Secretaría de Seguridad Pública. Esto significa impunidad, a partir de que el gobierno de la ciudad tiene al enemigo en casa.

Las historias de cómo investigaciones de las instituciones de seguridad de Estados Unidos se han  desperdiciado cuando estas han compartido información con sus contrapartes de nuestro país y en el camino la información se filtra hacia el crimen organizado y por ello los operativos abortan, son conocidas. Por ello se habla de la desconfianza de autoridades norteamericanas del ámbito de seguridad pública respecto a nuestras instituciones.

El “Cártel de las Sombras” que es ficticio, pues es parte de la telenovela La Piloto, transmitida por el Canal de las Estrellas, opera desde las más altas esferas del gobierno mexicano y es liderado, en esta ficción de televisión, por un senador de la república, quien coopta a un cártel violento para que opere para ellos el negocio, pero con total impunidad. Lo curioso es que la ficción creada por un equipo de guionistas, es parte de las sorpresas cotidianas que en la vida real nos llevamos los ciudadanos cada vez que hay un operativo exitoso de las autoridades en contra de algún grupo delictivo y se descubren sus vínculos con funcionarios policiacos.

Si simplemente se hiciera un trabajo de inteligencia hacia dentro de las estructuras policiacas de los tres niveles de gobierno y de procuración de justicia, seguramente se desmantelaría una importante red de protección hacia los diferentes grupos delictivos y estos se volverían vulnerables ante la acción de las instituciones de seguridad pública e impartición de justicia.
Las posibilidades de que los grupos delictivos tengan cómplices dentro de la estructura gubernamental es porque éstos se acercan a funcionarios y los integran a su nómina, o porque participan financiando campañas electorales.

Por tanto, es necesario blindar las elecciones del 2018 para que los cárteles no puedan involucrarse en este proceso ciudadano.

¿Cuáles son los controles de confianza que tienen los partidos para no ser infiltrados por dinero sucio?. ¿Cuáles son los sistemas de control que tiene el INE para obligar a los partidos a cumplir su responsabilidad como obligados solidarios de la conducta de sus militantes, que con su respaldo llegan a cargos de elección popular?.

Es urgente que el INE tome cartas en este asunto, poniendo candados más seguros para impedir la llegada del dinero sucio a las campañas y convirtiendo a los partidos políticos en obligados solidarios de la conducta de sus candidatos a cargos de elección popular.

¿Usted cómo lo ve?

@homsricardo

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