Mientras pasan los años más  caigo en cuenta que todo es como lo percibimos y no tanto como lo que realmente es. No solo el mundo exterior, también nuestro interior habrá días en los que estemos ligeros   y de un momento a otro pasemos al azote máximo por algo que no vale ni la pena. Lo mismo en el exterior, tan fácil como que un día sintamos los jeans un poco apretados para que en ese momento empecemos a revisar las etiquetas hasta del agua que tomamos. A lo mejor quizá ese día retuvimos un poco de agua, pero si el equilibrio mental anda fallando se viene casi el apocalipsis.

Los cambios de humor causados por las hormonas, el estrés, el descanso insuficiente y todo lo que  podemos experimentar en la vida cotidiana en estos tiempos,  hacen que se pierda la perspectiva de las cosas. Además de que influye mucho en la compresión de los eventos,  porque no es lo igual presenciar la misma situación de buenas que de malas. No reaccionamos  de la misma manera y a veces la gente no entiende por qué exageramos por cosas sin sentido,  y un poco después de que sucede también a nosotrxs nos cuesta trabajo entender.

Nos arrepentimos muchas veces y en el mejor de los casos reviramos con una mejor actitud.

Las causas que provocan los cambios de humor tan radicales y repentinos difícilmente los podremos evitar, las hormonas cambian cada ciclo (en mujeres y hombres) el estrés es parte de la vida,  para descansar bien de verdad unx se lo tiene  que proponer y priorizar,  lo que no siempre se puede. En fin, esas y cualquier otra causa seguirá sucediendo y no están dentro de nuestro control. Pero peor que eso, es que no busquemos un equilibrio o herramientas que nos ayuden a contrarrestar esas tormentas. Algo que puede ayudar muchísimo es dejar de poner nuestro bienestar en el exterior. Si bien es muy importante cuidar la salud, cuidar  el aspecto físico como parte de una autoestima balanceada y por qué no decirlo también por gusto, de nada sirve si no alimentamos el espíritu. Alguien que es espectacular físicamente puede resultar un hígado o simplemente lo bonitx que aparenta  por fuera por dentro puede estar podrido.  En cambio el que es bonitx por dentro aunque no lo sea por fuera siempre va a caer bien por su ligereza y buena vibra.

Es muy fácil amargarse cuando se busca el bienestar en las cosas superfluas y aunque constantemente caigamos en lo mismo, siempre tenemos la oportunidad de cambiar la actitud y mejorar el ánimo. Finalmente si queremos estar bien y evitar que tantas y tantas cosas nos arruinen la existencia la solución estará únicamente en nuestras manos si así lo queremos. Aceptarnos es la clave y de ahí partir a lo demás. La aceptación personal  es la piedra angular de cualquier búsqueda espiritual.

Twitter @reginakuri

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