Por Liliana Ruíz Ortega, investigadora del área de presupuestos y políticas públicas

A pocos meses de haber iniciado el año, la discusión para el próximo presupuesto 2017 ya arrancó.  Como en las carreras de caballos, la reciente presentación en abril del documento conocido como “Pre-Criterios” marca la pauta de inicio: en sus marcas, listos y fuera. De acuerdo con el mencionado documento, el objetivo del mismo es empezar el diálogo entre el gobierno federal y el congreso sobre las perspectivas y estimaciones económicas y de las finanzas públicas que se esperan para el ejercicio 2017. A todo esto: ¿qué nos dicen los Pre-Criterios?

Este documento es técnico pero importante. En él se explica lo que el gobierno mexicano espera tanto de las variables económicas como de las finanzas públicas, en ambos años, 2016 y 2017. Es decir, si algo se presenta son estimaciones y proyecciones de las variables, que difícilmente son para mortales. Por ejemplo, se menciona que el precio esperado del petróleo en 2016 es 25 dólares por barril (dpb) y para 2017, 35 dpb. También se hace referencia al crecimiento económico en nuestro país y se menciona que para  ambos años, 2016 y 2017, será de 2.6% a 3.6%. Asimismo se estima que para 2017 el peso mexicano se aprecie un poco y pase de 18 pesos por dólar en 2016 a 17.2 en 2017.

Lo que no se explica con tanta claridad son los por qué. ¿Por qué el precio del barril de petróleo será 25 dólares y no 30 dpb en 2016? ¿Por qué será 35 dpb en 2017 y no 40 dpb? Con los datos e información que se incluye en el documento es difícil saber si el precio del petróleo estimado es el adecuado, el más realista. Además, de que es un tema muy especializado, del cual solo podrían opinar expertos que saben de proyecciones y estimaciones.

Lo mismo sucede con el tipo de cambio o con el crecimiento económico estimado. Como ciudadano normal, resulta imposible poder argumentar que la economía en 2017 crecerá menos de 2.6% y que además ese valor no es el correcto para elaborar las proyecciones de otras variables, como el consumo interno, las exportaciones, entre otras.

Si se supone que el congreso mexicano inicia un diálogo con el gobierno federal teniendo como base este documento, con miras al presupuesto 2017 y sabiendo que el congreso es uno de los poderes que deberían fungir como contrapeso; ¿realmente el congreso tiene la capacidad técnica y los análisis adecuados para dar una opinión sobre los Pre-Criterios?

La respuesta más probable es que no. Primero que nada, actualmente el congreso no emite una opinión formal al ejecutivo sobre el contenido de los “Pre-Criterios”: recortes de gasto, su magnitud, las estimaciones de variables macroeconómicas y de finanzas públicas. Segundo, si el congreso estuviera obligado por ley a elaborar dicha opinión, muy probablemente no estaría en condiciones de hacerlo. Pues la verdad es, que no queda claro que los Centros de Estudios que asesoran al congreso, lleven a cabo este tipo de proyecciones estadísticas. Quizás esto está en función de la persona que los dirige, del conocimiento, de las decisiones personales y de la política. Y tercero, aun suponiendo que hicieran este análisis tan sofisticado, no es evidente que el congreso quisiera hacerlo. ¿Verdaderamente el congreso quiere discutir con el Ejecutivo sobre esto?

Las preguntas se quedan abiertas y las respuestas en el aire. Lo que sí es verdad es que se requiere meditar y pensar este asunto, sobre todo si lo que queremos es tener un mejor análisis presupuestario, que conlleve a mejores decisiones de gasto público y mejores manejos de los recursos.

Los Pre-Criterios son el primer documento que se publica en el año sobre el próximo presupuesto, en este caso el de 2017. Contienen información que es necesario analizar con detalle y profundidad, pues en él se habla de los ingresos futuros que tendremos y también del gasto que llevaremos a cabo. No son cosas triviales. Tanto en este, como con otros documentos presupuestarios (estructura programática, informes trimestrales, presupuesto de egresos, etc.) se requiere repensar el proceso, y sentar las bases para que actores clave y contrapesos realmente analicen y discutan, empezando por el congreso mexicano, al menos la comisión de presupuesto y la de hacienda. Quizás y solo quizás sería pertinente permitir que expertos y especialistas en el tema, es decir, los conocedores del tema, digan su opinión. ¿Cómo ven las estimaciones que el gobierno presenta? ¿Son realistas? ¿O habría que revisarlas? Un poco de participación ciudadana podría ser útil en este momento.

Estos documentos pasan por ambas cámaras y solo hacen eso, pasar, pasar desapercibidos.

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