Por Miguel Ramírez Quintana

El Barzón Nacional

Integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria

Hoy 9 de diciembre, se realiza en la Ciudad de México la presentación del estudio , en el que se demuestra lo que El Barzón y otras organizaciones del sector rural hemos venido denunciando desde tiempo atrás: el secuestro y control absoluto del mercado agroalimentario por parte de unas cuantas empresas.

El poder que tienen estas empresas les permite fijar tanto el pago a los productores como el precio para el consumidor final, con un margen de intermediación de entre el 70 y 90%, abusando de los consumidores y sacrificando el ingreso de los encargados de producir alimentos. Un ejemplo es el maíz, hay aproximadamente dos millones de productores a los que se les está pagando poco más de 2 pesos, pero la venta de un kilogramo de tortilla llega a alcanzar los 17 pesos.

El estudio demuestra cómo es que tanto los pequeños productores rurales como los casi 120 millones de consumidores nacionales, estamos a merced de los intereses económicos de las grandes corporaciones multinacionales, tanto nacionales como extranjeras, que controlan la producción, el almacenamiento, la comercialización de alimentos y, por si no fuera suficiente, son receptoras de la mayor parte de los créditos y de grandes apoyos públicos.

Hay un dicho popular que dice que al menos una vez en la vida vas a necesitar un médico o un abogado, pero todos los días vas a necesitar de la agricultura y de las personas que se encargan de realizar esta labor; sin embargo, los consumidores estamos cada vez más alejados de quienes producen nuestros alimentos.

El mercado agroalimentario es de suma importancia por el papel que juega en la vida de las y los mexicanos. Aquí se ofertan una gran cantidad de productos para satisfacer la necesidad fundamental del ser humano, la alimentación. Sin embargo, actualmente es mucha la distancia entre productores y consumidores debido a la excesiva participación monopólica por parte de las grandes empresas de alimentos.

Es crucial que el mercado agroalimentario siga la línea que siguió hace unos meses el mercado de telefonía fija y móvil y de la publicidad en la televisión, en el que se establecieron nuevos organismos para promover la competencia. Aunque este mercado es mayor al de las telecomunicaciones, no recibe la atención necesaria para abordar el problema de concentración económica. Además del valor económico, es de vital importancia pues aborda la problemática de la dependencia alimentaria, la desnutrición, la obesidad, la diabetes y la calidad y el precio final de los alimentos que consumimos los mexicanos.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2012 (ENIGH 2012), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los hogares mexicanos destinan 34% de su gasto monetario mensual a la compra de alimentos. El porcentaje de este gasto es incluso mayor en los hogares ubicados en localidades rurales (42%) y, a nivel nacional, en los hogares de ingresos más bajos (52%). Resulta inaceptable que un país como el nuestro haya cedido completamente su soberanía alimentaria, dejando en manos de unas cuantas empresas privadas la alimentación de 120 millones de consumidores mexicanos.

A continuación se enumeran las principales corporaciones multinacionales que dominan el mercado agroalimentario:

  1. Semillas y pesticidas: Monsanto, Syngenta, Bayer, Ingredion.
  2. Industria de harina de maíz: Maseca.
  3. Industria del trigo: Bimbo, ADM y Gamesa-Pepsico.
  4. Industria avícola: Bachoco, Pilgrims Pride y Tysson.
  5. Lácteos: Alpura, Lala, Danone y Nestlé.
  6. Carne de cerdo y carnes frías: Sygma y Smithfield.
  7. Engorda y procesamiento carne de res: Grupo Viz (SuKarne).
  8. Cerveza: Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc.
  9. Distribución minorista: Wal-Mart.

El gobierno mexicano ha renunciado a ordenar este sector, quizá por los vínculos que existen entre algunos de los directivos de las grandes empresas y las instituciones y funcionarios encargadas de generar y poner en marcha las políticas y los apoyos para el campo.

Aunque la producción nacional de alimentos es un elemento estratégico para el desarrollo de cualquier país, el gobierno ha cedido la seguridad y soberanía alimentaria a intereses meramente económicos sin ninguna responsabilidad social.

A partir de la lucha del Barzón Nacional se logró que la Comisión Federal de Competencia Económica iniciara la evaluación sobre los niveles de competencia y dominancia en el mercado agroalimentario. Actualmente la investigación sigue en curso, aunque debería haber sido ya concluida y publicada desde agosto pasado.

Estamos seguros que a partir de las conclusiones de dicha investigación se contará con mejores elementos para promover sanciones y modificar muchas de las políticas públicas establecidas en el mercado agroalimentario.

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