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En México prevalece la violencia colectiva al encontrarse en todos los sectores de la sociedad. Este año podría ser el más violento de los últimos 20 años, advirtieron especialistas.

Al participar en el Foro Nacional sobre la Salud Mental e Intervenciones Psicosociales en Contextos de Violencia, Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que es necesario garantizar el Estado de derecho con el objetivo de reducir la violencia que prevalece en el país, puesto que este fenómeno tiene serias implicaciones en la sociedad.

Indicó que en el país prevalece la violencia colectiva, debido a que está en todos los ámbitos de la sociedad, desde el Estado hasta en los diferentes grupos sociales, lo cual impacta a los derechos humanos. Refirió que este concepto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es fundamental para incluir la perspectiva sicosocial en el contexto en el que se sitúa la nación.

“Es necesario garantizar el Estado de derecho, puesto que la violencia tiene serias implicaciones en la sociedad. La violencia colectiva nos permite enmarcar el tipo de violencia en México; violencia entre grupos, violencia de Estado también incluye fenómenos de desaparición de personas y ciertos actos de terrorismo, todo eso en su conjunto es la violencia colectiva”, dijo.

El ex rector de la UNAM comentó que hasta hace poco tiempo comenzó a cuantificar la dimensión del problema de la violencia en el país y resaltó que el año pasado se contabilizaron mil 400 secuestros además de 5 mil extorsiones denunciadas, según cifras oficiales; apuntó que conforme vaya avanzando la colaboración entre la academia y las organizaciones civiles las cifras sobre delincuencia van a aumentar.

“Todos estos son elementos del estado de violencia colectiva en donde, por supuesto, quizá lo que más ha llamado la atención hasta ahora es la violación sistemática de los derechos humanos”, expresó.

Resaltó que aún no se ha estudiado de manera sistemática el impacto de la violencia y la salud mental, por lo que resaltó que la academia debe involucrarse más en los fenómenos sociales, “no se trata de que los académicos se conviertan en activistas sino involucrarnos desde la academia en entender cuáles son las dimensiones sociales de estos fenómenos, tomar de ventaja a lo que la academia puede aportar”.

Juan Ramón de la Fuente advirtió que los impactos del estado de violencia colectiva en el país sobre la salud son evidentes. “Sí, es un hecho que disminuyó un año la esperanza de vida de los hombres como resultado de la altísima proporción de muertes de hombres jóvenes en los últimos años, es una cifra muy preocupante por todas las implicaciones que esto conlleva”, subrayó.

Emilio Álvarez Icaza, ex subsecretario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), resaltó que 2017 podría ser el año más violento de los últimos 20 años si continúa la tendencia de hechos violentos que se ha seguido durante la primera mitad de este año.

“Si las cosas siguen como van, 2017 va a ser más violento que 2011 porque fue el índice más alto de homicidios y violencia. Si sigue la tendencia como va, incluso va a ser superior a 1997. Este año puede ser el más violento de los últimos 20, y no vemos las alarmas sociales de un gobierno o de una serie de gobiernos que estén preocupados por el fenómeno”, dijo.

Resaltó que el número de desaparecidos en México es casi de la misma proporción que el de los desaparecidos durante la dictadura argentina.

“Para dar una dimensión de lo que estamos hablando, el tema del fenómeno de desaparecidos, numéricamente hablando, en México ya tiene casi la dimensión que lo que pasó en Argentina cuando la dictadura”, afirmó.

Álvarez Icaza señaló que aún no existe una política de Estado sobre la construcción de la paz y la recomposición del tejido social, por lo que es un tema en el que se debe trabajar.

María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, comentó que de los 18 mil pacientes que tiene el instituto, la mayoría han sufrido violencia, problema que puede repercutir en su vida. Refirió que los menores de edad pueden presentar actitudes disociales, en las que los niños comienzan con estrés postraumático y después evoluciona a depresión.

Destacó que un factor de preocupación cuando se trata a menores es el desarrollo de problemas de conducta luego de que presenciaron algún tipo de violencia en su entorno, puesto que reaccionan de manera violenta. “Esto es algo que debemos tomar en nuestras manos porque somos testigos del incremento de la violencia y es una manera de responder a través de la atención de menores que presentan este tipo de conductas”, apuntó.

Pau Pérez Sales, presidente de la Sección de Consecuencias Psicológicas de la Tortura de la Asociación Psiquiátrica Mundial, indicó que la tortura representa el mayor reto clínico que tienen los médicos, puesto que atraviesa desde la parte física hasta la sicológica y los médicos deben ser capaces de detectar cuando alguien miente y alega tortura para evitar ir a la cárcel, por lo que se requiere mayor capacitación de los médicos para la realización del Protocolo de Estambul, el cual establece un conjunto de reglas para documentar la tortura.

“Parte de los retos es realizar peritajes buenos y breves. Cómo logramos llegar a más gente para hacer peritajes que sean más breves y con el mismo nivel de calidad, así como realizar peritajes grupales bajo formatos colectivos en casos donde hay múltiples víctimas”, apuntó.

Detalló que la tortura provoca recuerdos vívidos en la memoria “imágenes imborrables que sólo se pueden encapsular por algún tiempo, pero que en determinado
momento esos recuerdos van a
surgir de nuevo”.

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