Amnistía Internacional afirmó ayer que el Continente Americano atraviesa una crisis en materia de defensa de los derechos humanos, en un ambiente de retroceso y mencionó a México como un ejemplo.

“Somos la región más violenta de todo el mundo, nuestros países ocupan los primeros lugares en las cifras de homicidios violentos, el descontrol de armas en manos de población civil continúa siendo de gran preocupación frente a una agenda de seguridad que los propios Estados imponen y que está generando un clima de violación a los derechos humanos de gran envergadura”, advirtió Erika Guevara Rosas, directora de Amnistía Internacional para las Américas, en conferencia de prensa.

Expuso como caso emblemático a México por llevar más de diez años en “una mal llamada guerra contra el narcotráfico y hoy tiene una realidad de más de 30 mil personas desaparecidas en ese contexto de profundización de la violencia, en donde miles y miles de personas han perdido la vida y miles se encuentran desplazados de sus propios hogares”.

La situación de los migrantes también fue advertida por Amnistía Internacional, que señaló que existe “una crisis invisibilizada de refugiados dentro de la región”.

Como ejemplo citó a los desplazados en Colombia y la de países como Guatemala, El Salvador y Honduras, cuyas poblaciones se han tenido que desplazar por la situación “prácticamente de conflicto armado” que atraviesan.

“Son miles de personas que están escapando de sus hogares en Centroamérica buscando protección, principalmente en México, en un intento de tránsito para llegar a los Estados Unidos pero que ahí enfrentan graves violaciones a los derechos humanos, desaparición forzosa, extorsión, tortura, y en muchos casos han encontrado la muerte en masacres escalofriantes”, señaló Guevara Rosas.

La directora regional de Amnistía Internacional también se refirió al tema de Venezuela país que, aseguró, vive una de las peores crisis de derechos humanos del continente porque “se vulneran todos los derechos humanos: desde la gama de los derechos económicos, sociales y culturales hasta los derechos civiles y políticos de manera masiva”.

Guevara Rosas lamentó el débil liderazgo que existe en Latinoamérica frente a la crisis venezolana que se reflejó en la reciente asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde no se pudo alcanzar un consenso para redactar un documento de condena a la situación en el país caribeño, y calificó el encuentro —celebrado la semana pasada en Cancún— de “circo” y “fracaso”.

“Falta un liderazgo genuino, una voz ética que ponga los derechos humanos en el centro”, opinó la activista, quien denunció que fuese México quien liderase la respuesta a la crisis venezolana, un país que, dijo, no tiene legitimidad por las agresiones a los derechos humanos que se cometen dentro de su territorio.

“El incremento de la influencia del poder económico en la política genera abusos a los derechos humanos con total impunidad que cuentan con la connivencia de los propios Estados”, agregó, a la vez que denunció un fuerte clima de violencia contra los activistas y los defensores de las causas populares.

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