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La Auditoría Superior de la Federación (ASF) registró en diversas instituciones del sector cultural irregularidades en la comprobación de gastos. Por ejemplo, en el presupuesto ejercido por los beneficiarios de Apoyos y Donativos, en las entidades dentro del Programa Instituciones Estatales de Cultura y en INAH. Mientras que en el INBA se hizo énfasis en que no actualizó planes de estudio ni planta docente.

La ASF detectó que en los recursos entregados al entonces Conaculta, hoy Secretaría de Cultura, a los beneficiarios de los Apoyos y Donativos hubo falta de mecanismos de control, además no se realizaron los procesos debidos del presupuesto etiquetado desde la Cámara de Diputados. Por ejemplo, en el informe se detalla que no se llevó a cabo el seguimiento de aplicación de recursos en algunos casos y especifica que más de 22 millones no se aplicaron, hubo incumplimiento de objetivos en el uso de casi 3 millones y medio, se erogaron 9 millones a proyectos que no tenían fines culturales, hubo un gasto no autorizado por un millón 619 mil pesos y se incumplió la normatividad en el uso de casi un millón y medio de pesos.

En el programa Instituciones Estatales de Cultura, en el que se auditaron recursos por 962.1 millones de pesos, que fueron aprobados por la Cámara de Diputados y que se entregaron a las 32 entidades, la ASF señaló que no fueron devengados recursos por 356 millones de pesos, de los cuales 233 millones representan el subejercicio. Demandó a 23 de las 32 entidades demostrar la aplicación de los recursos no devengados o reintegrarlos a la Tesorería; estos recursos, en algunos casos son cantidades muy elevadas: por ejemplo en Durango son 81 millones; en Oaxaca son 49 millones y en Quintana Roo son 18 millones.

Asimismo, la ASF realizó tres auditorías al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); dos fueron auditorías de desempeño y una fue financiera. Se encontraron pagos irregulares por 23.9 millones; que 18 proyectos de mantenimiento y conservación no tuvieron documentación justificativa y comprobatoria por 18.7 millones. Además, se indicó que no se realizó la regularización y actualización de 279 espacios que el INAH otorgó como concesiones.

Mientras que en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) se auditaron más de millones pesos otorgados para “Servicios Educativos Culturales”, destinados a capacitación docente, actualización de planes de estudio y atención a la alta demanda a sus escuelas. Luego de la auditoria determinó 10 observaciones y 12 recomendaciones de desempeño, porque no realizó los dos planes de estudios a los que se comprometió y persistió el problema de la insuficiente atención a la demanda de educación artística.

En el sector de Ciencia y Tecnología, la ASF realizó cinco auditorías al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dos de desempeño y tres financieras y de cumplimientos, y dictaminó que operó con deficiencia el “Programa de Fortalecimiento a Nivel Sectorial de las Capacidades Científicas, Tecnológicas y de Innovación” y el programa de “Innovación Tecnológica para Negocios de Alto Valor Agregado, Tecnologías Precursoras y Competitividad de las Empresas”, porque se desconocían sus funcionamientos, no cumplían con sus objetivos y nunca respetaron las fechas de las convocatorias.

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