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En la búsqueda por contar con investigaciones cada vez más sustentadas en evidencias científicas, la Procuraduría General de la República (PGR) ha apostado por fortalecer sus bases de datos criminalísticos. Una de ellas es la de genética o ADN, que hoy está integrada por más de 28 mil muestras, lo que la hace una de las más grandes del país.

De 2012 a la fecha, la base de datos de perfiles genéticos aumentó de forma importante: pasó de 5 mil a 28 mil 600 muestras de ADN, y una de sus aplicaciones más relevantes ahora es la búsqueda de personas desaparecidas.

Como parte del Plan Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, desde octubre de 2015 la PGR puso en marcha el Sistema de Base de Datos Ante Mortem/ Post Mortem (AM/PM), que permite gestionar y sistematizar la información. Para ello, el Comité de la Cruz Roja donó a la dependencia el sistema informático para crear la base de datos de personas fallecidas sin identificar.

La herramienta permite gestionar y sistematizar la información sobre personas desaparecidas y restos humanos, así como las circunstancias de su desaparición y, en su caso, los lugares de los hallazgos; este software funcionará para las 32 delegaciones de la PGR que se ubican en las entidades federativas.

Aunque ésta es sólo una de las aplicaciones de la base de datos de ADN con la que cuenta la institución, que en 2014 inició un proyecto para conformar un archivo genético nacional, de acuerdo con el proyecto que anunció Mariana Benítez Tiburcio, entonces subprocuradura Jurídica y de Asuntos Internacionales de la PGR.

En junio de ese año, la funcionaria también firmó un acuerdo para compartir la plataforma de muestras genéticas de la Interpol, con el fin de fortalecer las investigaciones de delitos transnacionales.

Los datos más recientes de la Dirección General de Coordinación de Servicios Periciales de la dependencia federal, con corte a febrero pasado, revelan que en 2012 la PGR contaba con el registro de 5 mil perfiles genéticos; sin embargo, la cifra aumentó hasta llegar a los 28 mil 600 registros, de los cuales 7 mil 478 fueron incorporados a la base de datos en 2015.

Los trabajos en laboratorio, en el que participan peritos en análisis genético, criminalística, antropología y dactiloscopía, identifican en promedio entre cinco y 10 personas mensualmente, lo que revela la importancia de contar con esta información genética.

A pesar de que desde 2014 la PGR impulsaba la conformación de una base de datos nacional, con protocolos homologados, esto sigue en proyecto y las procuradurías de justicia estatales tienen sus propios registros.

Incluso la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) busca integrar para este año la base de datos genéticos de todo su personal, con una inversión de 16 millones de pesos, para contar con su propio laboratorio forense, puesto que las procuradurías civiles no tienen personal o equipo suficiente, indica un documento que dio a conocer EL UNIVERSAL el año pasado.

Estos registros permitirán a la Procuraduría General de Justicia Militar efectuar sus propias pruebas de ADN para agilizar sus indagatorias, argumentó la institución en el reporte.

“Se estaría en condiciones de realizar un banco de datos de perfiles genéticos de todo el personal integrante de las Fuerzas Armadas, lo que facilitaría las investigaciones en caso de personas desaparecidas o carbonizadas”, argumentó la Sedena.

Añadió que al adquirir un sistema automatizado para realizar pruebas de ADN podría agilizar la identificación de elementos militares en caso de accidentes aéreos, enfrentamientos y desapariciones.

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