Simón de Montfort lucha en Irak contra el Estado Islámico (EI) desde hace ocho meses. Este alias, el nombre de un famoso cruzado, es su escudo contra represalias terroristas. Los voluntarios españoles que se desplazan a Siria o Irak tienen experiencia militar y se organizan mediante foros de Facebook, como Apoyo Voluntarios Españoles contra el grupo terrorista.

Por ese medio EL UNIVERSAL localizó a Simón mientras trabaja como instructor en una base de kurdos y yazidíes, en Sinyar, el Kurdistán iraquí (cerca de la frontera con Siria), y le hizo llegar sus preguntas.

¿Han aumentado los ataques del Estado Islámico con la ofensiva de kurdos e iraquíes?

—El EI no sólo ataca pueblo yazidí [comunidad al norte de Irak] para ampliar su añorado califato. Lo hace por odio ancestral, ya que los tienen como adoradores del diablo. Hay aviso de la voluntad de usar armas químicas contra los yazidíes ante la imposibilidad de hacerles frente. Ha habido ataques rechazados exitosamente.

¿Notan el apoyo que hay de la coalición internacional?

—A esta zona no llega ayuda militar. Son los kurdos e iraquíes quienes gestionan estas ayudas y poco o nada se transfiere a los yazidíes, por miedo a que puedan reivindicar su autonomía.

¿Ha vivido enfrentamientos con el Estado Islámico?

—Sí, ataques en pequeña escala de grupos de entre cinco y 10 individuos, y ataques de más de 400, como el de hace dos semanas.

¿Cuántos voluntarios internacionales luchan contra el EI?

—Aquí estamos dos con los yazidíes: un americano y yo. Con los asirios cristianos puede haber una docena y muchos más con las unidades de autodefensa llamadas YPG / YBS, además de los voluntarios con los peshmergas en diferentes brigadas.

¿Hay combatientes mexicanos?

—No me consta, aunque sí [hay] candidatos. Dewk Nawska France gestiona la llegada de muchos combatientes.

¿Quiénes son?

—Es un grupo de cristianos francófonos que ayudan al envío de voluntarios para combatir al EI en sus feudos, antes de que lleguen a Europa.

¿Cuáles son las motivaciones de los occidentales que luchan en Siria o Irak?

—Parar un genocidio. Nadie está aquí en plan conquista o conversión a la fuerza. Eso son bulos. Aquí estamos para defender a los perseguidos, sean de la religión que sean, aunque es inevitable sentir más simpatía por los cristianos perseguidos por cercanía espiritual, pero sobre todo por llevar la peor parte y estar más abandonados, incluso por la jerarquía eclesiástica.

¿Priman motivos culturales, religiosos, políticos o humanitarios?

—Cada uno tiene sus motivaciones. Prima lo humanitario. En segundo lugar uno puede sentir obligación moral de ayudar por motivos religiosos o de justicia política. No falta quién viene en busca de currículum militar o médico, como práctica o experiencia para buscar trabajo, aunque son los menos.

¿Y a usted qué lo mueve?

—Religioso y humanitario.

¿Al regresar a España teme problemas legales?

—No creo que los tenga, ya que estoy adscrito a una milicia gubernamental, no a ningún grupo considerado por España como terrorista, como pueda ser el PKK. Pero estoy dispuesto a asumir cualquier represión si es el precio por ayudar a los necesitados. Peor sería caer en manos del EI o resultar muerto o mutilado, y lo asumo.

¿Cuál es el objetivo de su unidad?

—Defender los poblados yazídies y dar seguridad, pese a la cercanía del frente, para que vayan volviendo los desplazados. También repeler ataques y prevenirlos. Instruir futuros milicianos para que no se repita otro genocidio.

¿Por qué eligió el alias de Simón de Montfort?

—El EI es un grupo terrorista internacional. Elegí un sobrenombre sólo por proteger el anonimato ante terroristas, no por fantasías o protagonismos.

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