San José.— Con 54 años y en la vigésimo quinta huelga de hambre que realiza desde 1995, el disidente cubano Guillermo Fariñas Hernández advirtió el miércoles pasado, en entrevista telefónica con EL UNIVERSAL desde su casa en la ciudad de Santa Clara, que si el gobierno de Cuba desoye sus exigencias de que públicamente se comprometa a desistir de golpear a los opositores, “me asesina”.

El opositor inició una huelga de hambre y de sed el 20 de julio anterior y perdió el conocimiento el 28 de julio por deshidratación, por lo que fue llevado de urgencia a un hospital de esa zona y el 29 retornó a su casa.

El pasado viernes volvió a ser llevado al centro médico al perder el conocimiento, pero de nuevo fue hidratado y ayer regresó a su hogar, donde cumple hoy el día 18 en ayuno.

Galardonado en 2010 por el Parlamento Europeo con el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia por defender los derechos humanos en Cuba, Fariñas inició la huelga al denunciar que dos oficiales cubanos le propinaron una golpiza el 19 de julio, cuando visitó a un opositor arrestado en una estación policial de Villa Clara.

Otros disidentes están en huelga de hambre en solidaridad con Fariñas, coordinador del Foro Antitotalitario Unido, grupo ilegal en un país en el que sólo el Partido Comunista (PCC) es legal y cuyo gobierno califica a los disidentes de contrarrevolucionarios.

¿Por qué está en huelga de hambre y de sed?

—Estamos pidiendo al presidente Raúl Castro que él públicamente diga que no se va a golpear más a los opositores que estamos esposados, o sea indefensos. Y que no se va a golpear tampoco a los ‘cuentapropistas’ [micro empresarios privados], que él lo va a decir públicamente y que lo va a hacer público en Granma [el periódico vocero del PCC]. En segundo lugar, que él va a designar a un vicepresidente del Consejo de Estado, de los cinco que tiene, para que se reúna con nosotros para monitorear y viabilizar el cumplimiento de las ‘no golpizas’, que están contra el Código de Procedimientos Penales. El Código dice que cuando las personas están esposadas no tienen por qué ser golpeadas y cuando no significan un peligro para la vida, no tienen por qué ser esposadas.

¿Cuál es su condición física?

—Mi situación física es de mucho dolor en el costal izquierdo por la golpiza, mucha somnolencia y mucho dolor de cabeza y mucho cansancio.

¿Cree que el gobierno de Cuba escuchará su petición?

—No sé. Eso el tiempo lo dirá. Lo único que sé es que estoy en huelga de hambre para morirme. Si el gobierno me deja morir, me asesina, es un problema de ellos. ¿Por qué? Como ciudadano cubano tengo derecho a hacer peticiones y quejas a todas las instancias de las autoridades competentes y éstas tienen el deber y la obligación de responder, según la Constitución de la República. Esta es la huelga de hambre número 25 que hago desde 1995.

Tras tantas huelgas, ¿qué piensa de los derechos humanos en Cuba?

—La situación de los derechos humanos en Cuba es realmente espantosa. Para mantenerse en el poder, el gobierno cubano no está cumpliendo ni sus propias leyes y quiere aterrorizar e intimidar violando sus propias leyes.

La normalización de relaciones que Estados Unidos y Cuba llevan desde finales de 2014, ¿ha impactado en los derechos humanos?

—Aunque el gobierno de EU lo ha hecho con buena intención, no se ha percatado de que el gobierno cubano se ha sentido legitimado. Y a partir de esa legitimación que viene del gobierno de EU y de los de la Unión Europea, ellos [las autoridades cubanas] han aumentado la represión, lejos de disminuirla.

¿Qué espera de América Latina y del Caribe con respecto a Cuba?

—Una reacción de solidaridad. Exigirle al gobierno cubano que debe cumplir sus propias leyes y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

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