El papa Francisco lamentó hoy que en las sociedades actuales haya muchos jóvenes que se vean "prisioneros de la precariedad o de largos periodos de desempleo" y pidió al mundo de la empresa que evite que "la dignidad de la persona sea pisoteada por las exigencias productivas".

En estos términos se expresó hoy Jorge Bergoglio durante una audiencia que mantuvo con miembros de la Confederación General de la Industria Italiana (Confindustria) en el Aula Pablo VI del Vaticano.

Durante su intervención, apeló al mundo empresarial para que contribuya "con su trabajo a (construir) una sociedad más justa y cercana a las necesidades del hombre" y apostó por que las compañías en todo el mundo inviertan "en proyectos que sepan incluir a los sujetos que a menudo son olvidados".

Entre ellos, citó a las familias, a las personas mayores y a los jóvenes, de los que lamentó que habitualmente se vean "prisioneros de la precariedad o de largos periodos de desempleo".

Hizo un llamamiento para que el mundo de los negocios se esfuerce en "construir un mundo más justo" y "para todos", y subrayó que las personas que dirigen empresas tienen una "noble vocación de producir riqueza y mejorar el mundo para todos".

"Están llamados a tutelar la profesionalidad y, al mismo tiempo, a prestar atención a las condiciones en las que el trabajo actúa, para que no se verifiquen incidentes y situaciones incómodas", dijo el papa.

Bergoglio sugirió a los asistentes que se dejen guiar "siempre por la justicia" y que rechacen "las recomendaciones y los favoritismos, las desviaciones peligrosas de falta de honradez y de fáciles compromisos".

"Que la ley suprema sea siempre la atención a la dignidad del otro, valor absoluto e indispensable. Sea este horizonte de altruismo el que ayude a distinguir vuestro compromiso: esto les llevará a rechazar categóricamente que la dignidad de la persona sea pisoteada por las exigencias productivas, que enmascaran miopías individualistas, tristes egoísmos y sed de lucro", expuso.

Finalmente, el pontífice argentino pidió a los presentes que sirvan "verdaderamente al bien común (...) para hacer accesible a todos este mundo" y que "no sean insensibles ante los necesitados", y apeló a que "la libertad económica no prevalezca sobre la libertad del hombre y sus derechos".

ahd

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