Gaza.— El movimiento islamista palestino Hamas llamó ayer a sus seguidores a expresar su cólera contra Israel hoy y salir a las calles de los territorios palestinos y enfrentarse a fuerzas israelíes en una “nueva jornada de la ira”, mientras el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, externó su “cauto optimismo” de que en breve se pueda rebajar la tensión en Medio Oriente, después de reunirse en Berlín con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

En un comunicado oficial, Hamas declaró que mañana será un nuevo “día de la ira” y exhortó “a todos los palestinos de Cisjordania y Gaza a confrontar a las fuerzas del ejército israelí”.

El llamamiento, que suele ser secundado tras la oración del mediodía en las mezquitas en el día de oración musulmana, podría inflamar más los ánimos en un ambiente ya de por sí tenso desde hace tres semanas. En este periodo han muerto 52 palestinos —cerca de la mitad de ellos en agresiones a israelíes, en su inmensa mayoría con arma blanca—, nueve israelíes, un eritreo y un palestino con nacionalidad israelí, durante ataques y violentos enfrentamientos.

Kerry dijo ayer en su encuentro con Netanyahu que tienen “confianza moderada” en que en los próximos días puedan presentarse elementos que permitan a las partes alcanzar una base de diálogo que contribuya a rebajar la tensión entre Israel y los palestinos.

Netanyahu acusó a los palestinos de “mentir” y de incitar al odio y a la violencia en la región. “No hay duda de que esta ola de violencia se ve inflamada por la incitación al odio directa. Incitación al odio por parte de Hamas, del movimiento islámico en Israel y, siento tener que decirlo, del presidente [palestino Mahmud] Abbas y de la Autoridad Palestina”, afirmó.

Palestina, por su parte, acusó ayer al Consejo de Seguridad de la ONU de evitar asumir sus responsabilidades y quedarse “paralizado” en la búsqueda de un final para el conflicto que enfrenta a israelíes y palestinos.

La crítica fue lanzada por el ministro palestino de Exteriores, Riad al Malki, en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU convocada para analizar la situación en Medio Oriente y presidida por el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

La organización de defensa de los derechos humanos, Human Rights Watch (HRW), denunció ayer las restricciones que afrontan los ciudadanos de Jerusalén Este y que ponen en peligro su derecho a la salud y al movimiento. La advertencia se produce tras la muerte el domingo de Hoda Darwish, una palestina de 65 años que padecía problemas respiratorios y que falleció mientras trataban de llevarla al hospital desde su barrio, Isawiya, cuyos accesos han sido bloqueados por la policía para controlar la ola de violencia en la zona.

En tanto, dos presuntos atacantes palestinos resultaron heridos por disparos de la policía israelí tras apuñalar a un israelí en una céntrica calle de la localidad de Bet Shemesh, a 30 kilómetros de Jerusalén.

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