Bajo el lema “Barack Obama ha hecho de EU una nación menos segura”, el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham, se subió ayer al tren que lleva a nueve aspirantes a la presidencia del Partido Republicano, que deberán disputarse el derecho a conquistar la Casa Blanca en 2016.

Aunque Lindsey goza apenas con 1% de respaldo entre la base conservadora, sus contendientes carecen de su experiencia y de su capacidad para alcanzar acuerdos con el liderazgo demócrata, particularmente en el espinoso terreno de la reforma migratoria. Además, sus credenciales en materia de seguridad nacional podrían ayudarle a remontar en momentos en que la administración Obama sufre por atajar la amenaza del Estado Islámico en Siria e Irak.

El anuncio de Graham, desde la localidad de Central, en Carolina del Sur, estuvo marcado por un cierre de filas de sus incondicionales a lo largo de una de las carreras más dilatadas en el Congreso de EU. Desde su arribo al Capitolio, en 1995, Graham escaló hasta convertirse en Senador en 2003.

De 59 años, Graham es conocido por su habilidad parlamentaria y por su mordacidad a la hora de interrogar a los miembros de la administración en asuntos relacionados con la seguridad nacional, la crisis migratoria y los conflictos a los que EU se ha visto arrastrado durante los últimos 15 años.

Precisamente, su experiencia en asuntos de seguridad nacional le permitió ayer presentarse como el hombre providencial para tratar de salir del barranco en que quedó atrapado Obama tras el fin de la presidencia de George W. Bush.

“Yo quiero ser presidente para derrotar a aquellos que han tratado de aniquilarnos. Y no sólo penalizarlos, o contenerlos. Sino derrotarlos”, dijo Graham, identificado con el sector de los halcones que no ha desperdiciado oportunidad para criticar a Obama por el avance del EI en Irak y Siria y por sus afanes en alcanzar un acuerdo con Irán en materia nuclear.

“Si he decidido dar este paso, es porque considero que soy el que está mejor preparado para ser el Comandante en Jefe. Nadie tiene más experiencia que yo en asuntos de seguridad nacional y aquí incluyo a Hillary Clinton”, añadió Graham para iniciar así sus rounds de sombra frente a la que muchos consideran como la virtual candidata del Partido Demócrata.

La decisión de Graham lo coloca así en el mismo vagón que a nueve republicanos que han hecho pública su intención de competir por la nominación presidencial republicana, entre ellos los senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Rand Paul, que le llevan varios puntos de ventaja.

Por su parte, Jeb Bush, a quien muchos consideran que sería el candidato republicano más viable, sigue retrasando su anuncio, una táctica que le ha permitido recabar el mayor número de fondos de campaña de la mano de los denominados Comités de Acción Política (CAPs).

Según confirmó la campaña de Lindsey Graham, tras su ingreso a la contienda, el senador por Carolina del Sur se trasladará la próxima semana a New Hampshire y luego a la ciudad de Iowa, considerado como el punto de salida de unas primarias que se antojan tumultuosas e inciertas para elegir al candidato o candidata que disputarán a los demócratas la continuidad al frente de la Casa Blanca.

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