Desde el 7 de junio que se dieron a conocer los resultados, a Mauricio López Velázquez, presidente del PRI en el Distrito Federal, se le ve contento, sonriente y seguro de que cumplió el primer reto como dirigente capitalino: poner al PRI en la pelea electoral.

Sin embargo, a la hora de cuestionarlo si hubo alianza entre el PRI y Morena, el líder del partido tricolor da un sorbo a su cigarrillo, exhala el humo y responde reflexivo: “No lo sé”.

Sin tapujos, aclara a EL UNIVERSAL que está más ocupado —ni siquiera preocupado— por desentrañar las razones de los avances y triunfos de este proceso electoral para plantearse un 2018 diferente.

López asegura que el PRIDF, a diferencia de otras fuerzas políticas como la del sol azteca, no está buscando culpables internos ni mucho menos traidores. Asienta la cabeza y exclama: ¡Eso se lo dejo al PRD, así se comporta la izquierda!… Hay una tendencia natural de ciertas organizaciones a buscar traidores y echarles la culpa a ellos, a focalizar la culpa”.

Siempre arropado por su equipo de trabajo, el dirigente admite que parte de la derrota en algunas delegaciones se debe a que no le pusieron la atención debida a Morena por focalizarse en las “trapacerías” del PRD. Lamenta haber desatendido a los obradoristas.

“Nos faltó tener un indicador más claro de quién era el adversario, no teníamos bien calibrado el impacto de Morena y cómo podía haberse jalado el voto de castigo hacia ellos”.

Para el ex asesor del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el saldo de la contienda interna es bueno. Por primera vez, en 21 años, festejaron la entrega de constancias de mayoría. En 1997 perdieron todo.

En política, dice, no hay triunfos eternos, ni derrotas para siempre.

Con una pausa pronunciada, sentado en una silla de un reconocido hotel de la ciudad de México, el priísta asegura que este partido tiene que cambiar de mentalidad.

A su consideración, se trata de seguirle apostando a ganar y de pasar del “sí se puede” al “ya se pudo”.

Mauricio argumenta que en esta elección se demostró que si se pueden hacer campañas profesionales en la capital del país y que los procesos de división fueron contenidos.

“Si yo hubiera llegado a cortar cabezas, a barrer con todo, estaría como el PRD hoy, ¿cuántos flancos abiertos tiene el PRD? El ingeniero Cárdenas fuera, Marcelo (Ebrard) fuera, (René) Bejarano, fuera, ¿le seguimos?. Ningún jefe de Gobierno, ningún candidato a la presidencia que haya sido del PRD milita hoy en sus filas”, argumenta.

López Velázquez se congratula de haber construido un partido político fuerte, reconociendo liderazgos y sin hacer tabla rasa del pasado.

Entonces, ¿la posición que mantuvo el PRI hacia el ex líder Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre fue buena, ayudó?

—Yo lo dije desde el principio, estaré atento a lo que resuelvan la Comisión de Justicia Partidaria y la Procuraduría capitalina. Creo que esa posición apegada a la legalidad y el papel que le correspondía hacer al presidente del partido fue el correcto.

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