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fanny.ruiz@eluniversal.com.mx
La Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina, a través de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales, consiguió más elementos de prueba contra el violador serial que operaba en la delegación Tlalpan, quién fue detenido en noviembre pasado.
El imputado de 20 años de edad permanece interno en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, ya que está relacionado con 12 carpetas de investigación por el delito de violación agravada. En cuatro de ellas ya fue vinculado a proceso.
La PGJ aclaró que la integración de las otras ocho carpetas restantes continúa con el objetivo de que el agente del Ministerio Público judicialice la totalidad de los casos.
En noviembre pasado el individuo fue señalado como el probable responsable de nueve violaciones, toda vez que “a partir de la prueba científica de genética, que permite identificar a un individuo de otro sin margen de error, ésta resultó positiva en todos los casos de confronta”.
Al realizar nuevas diligencias, peritos de la procuraduría encontraron que, además de los nueve casos en donde hay coincidencia en el ADN del imputado con las evidencias que dejó el agresor en el lugar de los hechos, hay tres más en los cuáles se obtuvo una prueba con información genética, conocida como haplotipo, una clave para identificar a un imputado en una investigación.
En los últimos días también se realizaron diligencias de identificación con nueve de las víctimas, quienes a través de la Cámara Gesell y en presencia del Ministerio Público, Asesor Jurídico y Defensor del inculpado, reconocieron al agresor.
Estos datos de prueba se anexaron a las carpetas de investigación en las que se le relaciona.
“Esta investigación da continuidad al trabajo de inteligencia, de campo y gabinete que realizó la Policía de Investigación que permitió la detención de este hombre en noviembre de 2016 en calles de la colonia Lomas de Padierna, en la delegación Tlalpan”, resaltó la PGJ.
La Procuraduría reiteró que el agresor atacaba a sus víctimas en colonias de la zona alta de la delegación Tlalpan, luego de someterlas con una navaja y obligarlas a caminar con él; las llevaba a lugares apartados y simulaba que eran sus parejas con el fin de evitar sospechas.
Como parte de su modus operandi, el sujeto seleccionaba a jóvenes de complexión delgada, las llevaba a parajes con maleza o vehículos abandonados y las atacaba sexualmente.
