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Organizaciones civiles denuncian que a pesar del esfuerzo de las autoridades, el delito de la extorsión telefónica no se ha podido erradicar de la Ciudad, pues las bandas que se dedican a este delito conocen a detalle a sus víctimas y operan desde el interior de las cárceles lo que dificulta su detención, pero que les deja ganancias millonarias al año.

Según estudios realizados por el Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, A.C., en el país se intentan más de 6 mil 800 extorsiones cada 24 horas; de este universo, 52% de los teléfonos empleados son de la Ciudad de México y las llamadas tienen como origen en 90% de los casos un reclusorio en la capital.

La asociación civil afirma que dentro de los reclusorios, los custodios rentan un teléfono celular en 2 mil pesos semanales y puede ser rentado en forma individual o por celda. En este lugar se ha logrado ubicar a diversas bandas de reos extorsionadores, según las autoridades de la procuraduría capitalina, la más activa es la de Bruno López que se encuentra preso en el penal de Santa Martha, dicha banda ha logrado el cobro de extorsión más importante, por 1.5 millones de pesos en agravio de un comerciante.

También se sabe de la operación de al menos 32 bandas de extorsionadores que operan en libertad, es decir, no se trata de reos y suelen contar con el apoyo de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Policía de Investigación (PDI) para el cobro de las extorsiones. Actualmente las personas más vulnerables son las de la tercera edad, que representan 42% de las víctimas que deciden pagar. El 80% de las extorsiones se paga con dinero, 12% con alhajas, electrónica del hogar y autos, 8% con tiempo aire para telefonía celular, reportan.

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