El próximo martes 29 de mayo, los candidatos a la Presidencia tienen una cita con cientos de organizaciones de la sociedad civil en la Tercera Cumbre Ciudadana “Por un Estado democrático de derechos, sin corrupción ni impunidad”. Sus antecedentes están en la Primera Cumbre Ciudadana de 2012, que abordó temas relacionados con un México pacífico y justo, y en la Segunda Cumbre del 2015, enfocada a nuestros derechos y libertades. Ambas han tenido logros importantes, como la reforma que permitió las candidaturas independientes, las consultas populares y las iniciativas ciudadanas; o las reformas en materia de transparencia y telecomunicaciones; o la Ley General de Víctimas, entre otros.

Sin embargo, el país se encuentra en una situación cada vez más difícil y compleja. Vivimos, de hecho, una emergencia nacional. Entre nuestros problemas, destacan la violencia, la impunidad y la corrupción: una tríada que nos agobia en lo individual y nos asfixia como país. De ahí el nombre y énfasis de la Tercera Cumbre, un esfuerzo titánico cristalizado en 56 propuestas estructuradas en diversos ejes temáticos: desarrollo sustentable; cohesión comunitaria y desarrollo participativo; derechos humanos; educación de calidad; fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil, justicia y seguridad. Es importante enfatizar el proceso para arribar a las propuestas. Son el resultado de un diálogo y consensos entre un amplio grupo de la sociedad civil y suscritas por más de 300 organizaciones. Son propuestas sólidas con diagnósticos, que definen los cambios legislativos o en las políticas públicas que se requieren y que también valoraron su viabilidad presupuestal.

Pero la Cumbre no es meta, sino punto de partida para mantener vivo un diálogo permanente entre sociedad y autoridades basado en el respeto a nuestra pluralidad. Hace tiempo que dejó de ser viable un sistema político vertical y autoritario, además, vivir en democracia no se limita, o no debiera limitarse, al ejercicio del voto. El Estado mexicano es muy débil y se requieren alianzas amplias para avanzar en torno a coincidencias elementales.

Por eso en la #3aCumbreCiudadana la participación de los candidatos es de vital importancia y será una señal de reconocimiento a un esfuerzo por ofrecer salidas a nuestro actual marasmo. Los candidatos recibieron desde hace dos meses la agenda con propuestas, esperamos tener este fin de semana el documento con el que nos digan con cuáles están de acuerdo, sobre las que tienen reservas y las que no suscriben. Su análisis nos permitirá reconocer nuestras coincidencias, pero, sobre todo, identificar en qué temas debemos dialogar para acercar posiciones y buscar acuerdos incluyentes que permitan reencontrarnos a todos.

Porque sí, nuestro país requiere de un gran ejercicio de reconciliación. Nuestra conversación pública muchas veces se construye a partir de insultos y descalificaciones, que pueden ser preámbulo a la violencia. No podemos seguir por esa ruta, por ahí, todos perderemos. Debemos todos cambiar nuestra actitud y lenguaje hacia el adversario o hacia el diferente. Debemos ser capaces de discutir y contrastar puntos de vista, antes, durante y después de las elecciones, sin la soberbia de pretender imponer una verdad absoluta o una victoria definitiva que, por definición, son inconsistentes con una democracia. Debemos también cuidar y respetar a las minorías, las cuales deben encontrar cobijo y protección en una casa que también es suya. Las organizaciones que hemos participado en este ejercicio ciudadano creemos en la democracia, la razón y la crítica, y cerramos filas para defender el derecho de todos a exigir y a disentir.  La democracia implica reconocer al otro, nunca como enemigo, siempre como compañero de viaje. Ojalá lo entendamos antes de que sea demasiado tarde.

Presidenta de Causa en Común.
@MaElenaMorera

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