Estampas navideñas

Termina el año con el arranque de las precampañas, que de “pre-” poco tienen, todos quieren usar hasta el último spot disponible porque, a diferencia de las de 2012, en esta ocasión nada parece estar ya escrito. Algunos elementos nuevos empiezan a despuntar pero más, mucho más de la vieja política que no logran jubilar en ninguno de los tres cuarteles generales. Lo más llamativo es que la coherencia ideológica se la han puesto por montera sin que eso parezca a estas alturas un desfiguro inaceptable para el electorado de cierta edad. No tengo idea cómo será recibido por los más jóvenes.

Hace todavía unos meses el PRI y Morena vociferaban contra el Frente, clamando aquello de: ¡¿cómo se atreven a juntar el agua y el aceite?! Tiene, en efecto, su complejidad el que Movimiento ciudadano hoy comparta codo a codo el protagonismo con Santiago Creel y los albiazules que permanecerán fieles a Ricardo Anaya. Hace tan sólo unos años era extraño que un panista estuviera dispuesto a compartir créditos con perredistas que han gobernado la capital rapazmente por 20 años; lo hacían en el pasado algunos como Javier Corral y Rodolfo Elizondo, y ambos eran estigmatizados como heterodoxos; pues bien, hoy la heterodoxia parece lo canónico. Lo mismo da el clientelismo de Iztapalapa que la democracia cristiana. La supervivencia tiene imperativos que la pureza ideológica no conoce. Lo único que los mueve es el poder y para ello prometen un nuevo régimen, ¡cuando gobiernan más de la mitad del país!

Al PRI, al que tanto le gustaba (incluso intervenir con convenios detestables) criticar alianzas contra natura, en esta ocasión tiene como aspirante a un aspirante que hace todo para ganarse el corazón de un partido que no es el suyo y además compite en la capital con otro aspirante que tampoco es de sus filas. Los verdes, con su ya viejo matrimonio con el tricolor, no sorprenden. Veremos qué candidaturas y posiciones les puede dar Meade en caso de ganar. En los últimos tres sexenios han apostado por el ganador y ése es el sello de la casa: un partido más eficaz que presentable. El Panal que ha jugando con el PAN y también jugó en el 12 la carta de un candidato propio, hoy se entrega complacido al aspirante oficial justo en el momento en el cual su lideresa obtiene el arresto domiciliario. Novedad en el candidato, pero el resto de la orquesta funcionando igual que siempre. La supervivencia tiene imperativos que obligan a pasar de puntitas con pasados espinosos. Nada que no hayamos visto. La disciplina de hoy será pagada con impunidad mañana.

A Morena el futuro la alcanzó. Su líder no quiso en su momento alianzas con el PRD porque para él la única forma de aceptar a un socio es en una condición de absoluta rendición y sometimiento (como ha reinsertado a Monreal a quien no le ofreció ni siquiera una secretaría menor en su anunciado gabinete) o jugar un papel subsidiario como ocurre con el PT y el PES, por cierto ambos igualmente desprestigiados. ¿Qué decir de la CNTE que obligó a AMLO a tomar ya postura sobre el futuro de la reforma educativa? Los dobleces de la moral de un sector de la izquierda son tales que se escandalizan de las trapacerías del verde y por algún misterioso recurso de equilibrios emocionales omiten el apoyo que Gobernación dio para que los dos socios de AMLO sigan vivos y los millones de pesos (mucho más, por ejemplo, que el dinero que Escobar llevaba en su portafolio) que el PT ha desviado del erario público no les altere la digestión. La supervivencia tiene imperativos que la coherencia ética no conoce. No creo que estén en condiciones de dictar lecciones de moral pública.

No tendremos, pues, en 2018 una lucha entre puros e impuros. Tampoco parece que sea una lucha entre el pueblo llano contra la casta. Los panistas y perredistas gobiernan la mitad del país, el PRI, el gobierno federal y los algunos miembros del gabinete de AMLO deben temblar cuando su jefe habla de pirruris. Sin embargo, hay mucho en juego y yo celebro que por lo menos tengamos competencia y una saludable incertidumbre electoral. FELIZ NAVIDAD.

Analista político. @LeonardoCurzio