Juchitán.— Silvia y Jacinto menean el molito de camarón en la cocina comunitaria “rebelde” en el patio de la estación Radio Totopo en la Séptima Sección, uno de los barrios más grandes y bravos de la ciudad de Juchitán, en el Istmo de Tehuantepec, sur de Oaxaca.

La pareja se encarga de dirigir todos los días —desde el 11 de junio— al menos a 10 personas en la preparación de la comida que la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco (APPJ) envía a los maestros, padres de familia e integrantes de organizaciones sociales en el bloqueo que mantiene la Sección 22 en el Canal 33 de Juchitán.

Los ingredientes para preparar todos los días 300 raciones los obtienen de las donaciones que los ciudadanos entregan en las instalaciones de la radiodifusora comunitaria.

“Desde el primer día que se estableció el bloqueo en Juchitán, la radio envió el mensaje de solidaridad a los maestros y pidió el apoyo de los ciudadanos; sorprendentemente éstos respondieron y nos traen todos los días víveres para preparar la comida, desde maíz, arroz, frijol, carne, pescado hasta leña”, informó Carlos Sánchez, integrante de la organización.

Hasta el 30 de junio recibieron de los juchitecos, entre otros productos, 180 kilos de maíz, 40 kilos de frijol, 50 kilos de arroz, 70 kilos de azúcar, mil 200 piezas de pan, 47 litros de aceite, 190 kilos de tortillas, carne, agua, 90 kilos de pescados, 540 huevos y dos carretas de leña.

Todas las donaciones las colocan en la sala principal de la radiodifusora, frente al altar de la Santa Cruz Verde o Cruz de los Pescadores, emblema católico prehispánico de esta organización en resistencia y contra los proyectos eólicos en la región del Istmo, para luego orar por los donantes y la multiplicación de la comida.

“Aquí colocamos los víveres, ante la Santa Cruz, que es la que nos protege, la Cruz de los Pescadores. Aquí pedimos por los donantes, para que no les falte nada. Pedimos por los que están en lucha, rezamos porque no falte comida en esta lucha”, explica Raymundo Regalado, vocero de la APPJ.

Jacinto se conmueve al recordar que durante los primeros días del bloqueo, tras escuchar en la radio la petición de ayuda, una mujer de 80 años, Luciana Quiade, fue a la radio para aportar lo único que tenía, 15 pesos.

“Nos dijo ‘es lo que tengo, es lo que puedo dar. No estoy de acuerdo lo que le hacen a los maestros’. Eso nos conmovió, porque era un apoyo sincero. Además de los víveres juntamos 3 mil 200 pesos; la gente pobre y no pobre da su aporte en especie y algunos dan 50 pesos, lo más que dan son 200 pesos”, detalla Jacinto Landis Aquino mientras descansa debajo de una enramada de palma.

La APPJ lamenta la posición del gobierno federal a través de la Secretaría de Gobernación (Segob) de lanzar el ultimátum de liberar las vías de comunicación en Oaxaca, sobre todo del Istmo, donde se concentra el mayor número de bloqueos afectando a los estados de Veracruz y Chiapas.

“Es una forma de intimidación, no sólo a la resistencia magisterial, sino de la sociedad civil, porque hay más padres de familia en los bloqueos que maestros que se suman a la defensa de la educación. Como organización, apoyamos la decisión de la Sección 22 de permitir el paso intermitente de vehículos pequeños, es una forma de mostrar buena voluntad”, dice Carlos Sánchez.

El bloqueo en el Canal 33 de Juchitán es el único en Oaxaca que no se ha levantado desde hace tres semanas.

Ahí están instalados los familiares de dos de los dirigentes de la Sección 22, Francisco Villalobos, secretario de organización, y Heriberto Magariño López, líder regional, presos en una cárcel federal en Hermosillo, Sonora.

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