El actor Kristyan Ferrer dice amar lo que hace, pues no encuentra otra manera para explicarse cómo hace lo que hace día a día.

Sabe que el dinero no es un factor que lo mueve para elegir qué trabajo aceptar y cuál rechazar, muestra de ello es que aun participando en películas amadas por la crítica internacional, su sueldo como actor no sube.

El joven de 21 años afirmó además que si bien estar nominado o ganar premios como el Ariel le hacen creer que su trabajo es respetado por la industria, dichos galardones no le han abierto la puerta para obtener mayor trabajo.

“Tengo la fortuna de pertenecer a buenos proyectos, aunque desafortunadamente ni las nominaciones ni el Ariel me han abierto las puertas a nuevos proyectos, no solo es un problema mío, es el de muchos actores, por ejemplo Noé Hernández, que es un extraordinario actor y de pronto al igual que yo no tiene trabajo y cuando nos llaman a proyectos son unos que no nos interesan. Las nominaciones solo nos da cierto estatus pero solo eso”, dijo Ferrer.

El actor quien este año estuvo nominado a los Ariel y a los premios Luminus por su trabajo en “600 millas” explicó que parte de esta falta de trabajo también se debe a que en ocasiones los proyectos que le han ofrecido, no sólo lo que él busca, pues desea participar en proyectos que tengan una historia que contar y no sólo sean superfluos.

“Creo que debe hacerse un cine inteligente y que se aporte, me han llegado propuestas de cine comercial que no proponen nada y que he tenido que rechazar, que si bien me podrían retribuir económicamente no los acepte, prefiero hacer proyectos interesantes,eso es lo que quiero”, dijo.

Entre los múltiples proyectos que tiene en puerta está “Realidad aumentada”, serie producida por Videocine para la plataforma Blim en la que Kristyan dará vida a un estudiante superdotado pero con síndrome de Asperger.

“Es un homenaje a todos los chicos que estudian  en el Politecnico o la UNAM, mi personaje es Memo,  crea un casco con realidad aumentada, la realidad aumentada es interactuar con la vida real pero virtualmente y él no se ha dado cuenta que ese casco va a evolucionar diez años al mundo y le compran su invento a él y sus amigos por 400 millones de dólares y ahí es cuando se dará cuenta que esos aparentes amigos se vuelven enemigos cuando el dinero aparece en sus caminos”, añadió.

rqm

Google News

Noticias según tus intereses