En junio de 1999, Sean Parker, un joven de 19 años, hizo sin proponérselo que la industria musical se modificara al crear Napster, sitio en el que se compartía música de forma ilegal  y que tras enfrentar diversas demandas  cerró.

De forma colateral  hizo que  existieran la descarga digital y servicios    streaming como Spotify, Apple Music o Dezzer, entre otros.

Hoy, casi dos décadas después, Parker —quien en el inicio de Facebook fue su presidente— regresa a querer cambiar la manera en la que el mundo consume el entretenimiento.

Screening Room es el proyecto con el que el millonario ha dividido a Hollywood —Steven Spielberg, Martin Scorsese, J.J. Abrams y Peter Jackson se han posicionado a favor de la plataforma, mientras  James Cameron o Christopher Nolan no ven con buenos ojos esta iniciativa—, así como  hacen temblar a las compañías exhibidoras.

¿Por qué? Porque ha ideado un  sistema doméstico de estrenos, con el que pretende que los filmes lleguen  a la pantalla grande y a la sala de cada hogar al mismo tiempo.
Esta estrategia podría en desventaja  y como al gran perdedor al exhibidor, es decir, las grandes compañías como AMC y Regal.  En México, los complejos Cinemex y Cinepolis.

¿Qué propone Parker? Una división que  beneficie a estas empresas, aunque ellos ya no tengan participación en el nuevo esquema cinematográfico.

¿Cómo funcionaría este sistema? Ver estrenos en la comodidad de tu sofá supondría un  desembolso de 150 dólares en  el dispositivo  para ver las películas —un sistema equipado, aseguran, con un sofisticado software antipiratería— y eso habría que añadirle  50 dólares por el  costo de  cada  película que estaría disponible en el sistema por el tiempo limitado de 48 horas.

Estos son precios  que, al menos para las familias en México, resultarían más costosos que seguir acudiendo a las salas de cine y pagar por un ticket, pues representaría 40% más de lo que ahora paga para ver en familia una película en un complejo cinematográfico.

¿Lo negativo? Algunos opositores como  Cameron o   Nolan dicen que la propuesta podría acabar  con la industria cinematográfica y haría que el cine viviera una crisis como la que enfrentan desde hace unas décadas las compañías discográficas y  su lucha contra la piratería y  la aparente muerte del disco físico, sin olvidar la piratería.

En México  la  propuesta aún  no tiene detractores, pero  productores como  Leo Zimbrón explican  que de llegar  este sistema al país no considera que sea una amenaza para la industria.

“A mí no me darían miedo estrenos paralelos en plataformas digitales y en cine, siempre he defendido que la experiencia es distinta; es como poder ir a un restaurante, aunque puedas hacer comida en tu casa y la misma receta.

“Creo que lo que pagas es la salida, un evento en pareja, con la familia y eso va a prevalecer aunque haya ofertas de cine en casa”, dijo.

El productor de series como Club de Cuervos y filmes como Nosotros los Nobles afirmó que se necesitará ver si cómo el modelo de negocio beneficiará a las distintas ventanas a las que llegan los filmes.

“Creo que los grandes filmes no serán  afectados, pero los pequeñas probablemente sí y entonces, el cine se volvería  una especie de películas evento (los blockbuster) y muchas verían limitada su estreno en theatrical”.

Añadió que entre otras cosas se necesitará ver si Screening Room tendrá publicidad o no, que es al final, otra de las herramientas mediante las que los productores recuperan la  inversión que hacen en cada filme.

“Finalmente es de donde se cuelgan las plataformas para una película y ver cómo se dividen esos 20 dólares, porque al final, como productores somos los últimos que recibimos”.

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