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Filmar una road movie no es fácil, basta preguntarle a la producción de Viento aparte, que estrena este fin de semana, la cual fue amenazada por un falso retén.

El director Alejandro Gerber, cuenta la anécdota ocurrida en el estado de Chihuahua, donde termina la historia que tendrá pantalla en lugares como la Cineteca Nacional.

“Fue un sustillo: hubo un retén falso aparentemente de narcotraficantes, en un viaje nocturno que hizo arte y había un chavo intoxicado que les hizo una serie de amenazas”.

“Por fortuna hubo alguien que los reconoció, porque sí se había avisado que había una película, y no pasó nada mas”, recuerda el cineasta.

Finalmente Viento aparte es el recorrido de dos hermanos, de 12 y 15 años, quienes inician solos un viaje desde Oaxaca y hasta el estado del Norte, tras una enfermedad repentina de su madre.

A lo largo de la travesía van viendo una serie de sucesos y personajes adultos que les cambia la vida.

“Son dos chicos de clase media urbana del DF que hacen un viaje por el territorio nacional, recorriendo 2 mil kilómetros de carretera; se recorrieron siete estados de la República con un valiente crew de 50 personas incluyendo a los chicos y sus madres”, detalla.

Gerber debutó en 2009 con su ópera prima Vaho, sobre adolescentes escolares inmersos en la muerte de alguien.

Viento aparte fue estrenada en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) 2014, donde cosechó buenas críticas.

A sus dos protagonistas (Sebastián Cobos y Valentina Buzzurro) los encontró mediante una búsqueda en escuelas y un casting a casi 200 prospectos.

“Creo es la nueva manera de ver cine”, considera Gerber.

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